XVIII

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Liam y Charlotte comenzaron a buscar a Willy por todos lados. Era como si hubiera desayunado de la faz de la tierra, pues simplemente no lo encontraban y el pueblo no era grande.

Para su desgracia, Willy estaba haciendo exactamente lo mismo: buscar a Liam. Estaba muy emocionado por contarle todo lo que había pasado en esa hora que había desaparecido.

Cuando uno se iba de un lugar, el otro llegaba, por lo que no podían encontrarse. Tan cerca y tan lejos.

°°°

Los hermanos Dubois estaban en la oficina del mayor, quien caminaba en círculos por el lugar.

—Liam, ya relájate. —se quejó Charlotte al ver a su hermano preocupado por una "razón estúpida", como ella creía que era.
—¡No me pidas que me relaje! —exclamó Liam y se detuvo en seco. —¿Y si se lo llevaron a la comisaría?
—Liam, estuvimos ahí una hora o más, si lo hubieran llevado, lo habríamos sabido... Tal vez sólo se fue.
—No, Willy no se iría así nada más... Las Galerías Gourmet son su sueño, ¿Por qué se iría?
—Ya, tranquilo, sólo decía. Estás extrañamente demasiado preocupado por nada.
—Por milésima vez, deja de pedirme que me tranquilice. —suspiró profundamente. —¡Y quítate de mi silla!

Charlotte reviró los ojos y se movió de la silla de Liam para sentarse en una de las dos que se encontraban del otro lado del escritorio.

—Es ridículo reclamar por una silla, ¿Sabías?
—Es mi silla, demuestra mi poder aquí, ¿Crees que seguiría teniendo poder si dejara que cualquiera se sentara?

La menor de los Dubois se echó a reír a carcajadas.

—¿No puedes ser más arrogante? ¿De qué poder me hablas, oh, Gran Chocolatero? —dijo entre carcajadas, burlándose de su hermano.
—Anda, búrlate de mí.
—Perdón, Liam, pero a veces dices tonterías.
—¿Tonterías? ¡Qué infamia!

Charlotte rezongó y reviró los ojos.

—Siempre me haces reír con tus idioteces.
—Las damas no deberían reír a carcajadas.
—¡Cállate!

No dijeron nada más, pues las puertas de la oficina se abrieron bruscamente, dejando ver una figura bastante peculiar frente a ellos.

—¡Willy! —exclamó con emoción y corrió a abrazar al de sombrero.
—¡Liam! Llevo buscándote desde la última hora y media. —dijo Wonka mientras abrazaba a Liam.
—Estaba en la comisaría y, cuando salí, comencé a buscarte, pero no te encontré y... —suspiró. —Me alegra que estés bien.

Se separó del abrazo y limpió su traje, había sido más emocional de lo que debería. —Te presento a mi hermana menor, Charlotte, tiene tu edad.
—Mucho gusto, señorita. —saludó, haciendo una pequeña reverencia.

La chica rió suavemente y se levantó de la silla para caminar hacia los dos chicos.

—Qué chico tan curioso. —dijo la chica con una sonrisa. Se detuvo al lado de su hermano. —Tú debes ser Willy Wonka.
—Así es, eh...
—Soy Charlotte Dubois.
—Charlotte... ¿Puedo llamarla así?
—Adelante. No soy como mi petulante hermano mayor.
—Gracias, Charly. —dijo Liam con una sonrisa sarcástica.
—Bueno, eh... Señorita Charlotte, Liam nunca me dijo que tenía una hermana.

La chica miró a Liam con molestia, no era la primera vez que le decían que su hermano no la mencionaba.

—Bueno, él tampoco mencionó a un amigo tan... Lindo. —respondió Charlotte con una sonrisa.

✓Si tú me quisieras (Willy Wonka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora