XXVII

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Liam se quedó en su habitación hasta que escuchó la puerta abrirse. Corrió con emoción, pensando que era Willy. Se detuvo en seco cuando vio a Charlotte, quien se quedaría en su casa hasta el día siguiente.

—Hola... —saludó Liam con una débil sonrisa.

Charly lo miró con molestia.

—¿Eso es todo lo que vas a decir? —le reclamó Charlotte antes de azotar la puerta de la casa. —¿Cómo carajos te atreves a hablarle así a nuestros padres? Los humillaste.
—Ellos me humillaron por años, ¿Y yo soy el malo ahora?
—¡Son tus padres!
—Se lo merecían.
—¡Pero no en público y mucho menos en el día de Willy!

Ese fue un golpe de realidad para Liam. Era cierto, era el día de Willy y él lo había arruinado por su tonta discusión con sus padres.

—Carajo... —cubrió su cara con sus manos. —Soy un idiota.
—¿Qué te pasa, Liam? Estás muy raro.

Liam quitó sus manos de su cara.

—¿Raro?
—¡Sí! Desde que el maldito Willy Wonka llegó a tu vida es nuestro único tema de conversación. Ya no hablamos entre nosotros. Apenas tuve un nuevo caso, ¿Sabías?
—¿Ustedes no son novios?
—¡No por eso debemos hablar de él todo el tiempo!
—Char... Willy...
—¡No quiero hablar de Willy Wonka! Quiero pasar tiempo con mi hermano, hablar con mi hermano. Quiero volver a reír con Liam Dubois. Te largas de casa por 11 años, te veo una vez al año y, cuando finalmente puedo verte más seguido, tenemos que hablar de cómo tienes que ayudar a Willy. Entiendo que lo quieras porque es tu amigo, pero es enfermizo lo mucho que te preocupas por él. Vas a abandonar tu negocio, por el que escapaste de casa, sólo para apoyar a Wonka. ¿Qué pasó con el Liam que no era capaz de renunciar a sus sueños por nada ni por nadie?

Liam bajó la mirada. No se había dado cuenta de lo mucho que Willy Wonka lo había cambiado. ¿En verdad abandonaría todo por lo que había luchado por él?

—Yo... No lo sé. —respondió el mayor, cabizbajo.

Charlotte pasó de largo y se dirigió a la habitación de Liam, quien sólo se quedó en la sala, pensando. ¿Él realmente iba a dejarlo todo? ¿Estás dispuesto a eso? Bueno, él quería a Willy, era su mejor amigo, y no quería decirle que no.

Liam simplemente se durmió en el sillón. Había perdido la esperanza de que Willy llegara, así que simplemente se durmió.

°°°

Al día siguiente, fue a despedir a Charlotte en la estación de tren. Willy nunca llegó.

—Si ese tonto te hace algo, lo tengo a veinte minutos de mi casa, puedo golpearlo. —dijo el mayor de los Dubois antes de que su hermanita se fuera.

Charlotte rió suavemente.

—Tranquilo, hablaré con él. —se despidió con un abrazo. —Y tú estate tranquilo, no te vas a morir si le dices a Willy que no.
—Es increíble lo mucho que aprendo de tí, hermanita.
—Lo sé. Bueno, tengo que irme, nos vemos, Liam.

Dicho esto, Charly subió al tren, el cual partió de regreso a París.

°°°

Liam volvió a su casa. Estuvo todo el día esperando que Willy llegara.

Era su día libre, así que, como Wonka nunca llegó, decidió ir a algún parque a pasar el rato.

Después de varios minutos, una mujer de tez oscura se sentó a su lado.

—¿Señor Dubois? —habló la voz femenina.

✓Si tú me quisieras (Willy Wonka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora