XVII

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Liam acababa de contarle a su hermana todo lo ocurrido las últimas semanas, generando sorpresa en ella.

—¿Qué diablos? Dios, Liam, ni siquiera para llevar a cabo tus extraños planes sirves. —se quejó Charlotte luego de escuchar la disparatada historia de su hermano.
—¡Perdón! No pensaba encariñarme de ese... —quería insultarlo y decirle idiota, pero no era capaz de insultar a Willy, al menos no a sus espaldas.
—Dios, Liam, entiendo que no tienes muchos amigos, pero...
—Ninguno, de hecho.
—¡El punto era que no lo mataran, no condenarte!
—¡Ayúdame, Charly!
—No porque sea tu hermana voy a librarte de un par de años en prisión.
—¡Tú sabes que no hice nada ilegal! Bueno, no tantas cosas... Además, en el libro sólo aparece mi nombre, no que yo haya hecho algo... ¡Ayúdame, por favor!
—¿Sabes lo que dirían mamá y papá de esto?
—¿En serio crees que me importa? Me volví chocolatero en contra de su voluntad.

Charlotte soltó un profundo suspiro. Por más enojada que estuviera con él y estúpido que le pareciera, era su hermano y no dejaría que lo llevarán a la cárcel.

—Bien... Iré allá y te ayudaré en el juicio... Más te vale no haber hecho ninguna estupidez, Liam Dubois.
—¡Gracias, Charly!
—¡Es Charlotte!

Liam colgó la llamada antes de que su hermana terminara de reclamarle el hecho de que la llamaba por ese apodo que ella tanto odiaba.

°°°

Dubois hubiera querido poder volver con Willy y los demás, pero en cuanto puso un pie afuera de su tienda, fue interceptado por oficiales y periodistas, por lo que tuvo que pasar el resto del día en la estación de policía.

—No hablaré hasta tener a un abogado presente. —dijo Liam en ese tono autoritario y serio que siempre demostraba a todo el mundo.

Los oficiales llevaban 20 minutos intentando hacer que Dubois hablara, sin embargo, él se resistía a decir palabra alguna.

—Usted es el único del Cártel que no tenemos que pescar del aire, así que agradeceríamos su colaboración. —demandó el oficial. Liam ya lo conocía, era Affable, lo había visto el día en el que conoció a Willy.
—Y yo agradecería que me dejaran ir.
—La mención de su nombre en ese libro es poca o nula, ¿Por qué no hablar?

Liam se encogió de hombros, aún manteniendo su expresión neutral.

—Tengo derecho a guardar silencio.

Affable rezongó. Era simplemente imposible hacer que Dubois dejara su posición.

—¿No quiere usar su llamada?

Dubois lo meditó un segundo. Quería llamar a Wonka y explicarle por qué no había regresado, sin embargo, no tenía adónde llamarlo. Por otro lado, era estúpido volver a llamar a su hermana, pues ella ya le había dicho que iría. Ni loco llamaría a sus padres.

—Creo que estoy bien.
—También tiene derecho a una llamada.
—Lo sé, conozco mis derechos.

°°°

40 minutos más pasaron y el sonido de unos tacones comenzaron a resonar en la estación de policía.

Liam pudo ver la puerta de la sala de interrogatorios abrirse. Volteó para ver quién entraba y pudo ver al oficial abrirle la puerta a una mujer.

Su mirada se encontró con la de la chica, quien lo fulminaba con la mirada.

Aquella mujer tenía el cabello negro largo atado en una coleta alta, piel bronceada y ojos azules. Llevaba puesto un vestido negro y un abrigo del mismo color; botas altas, aretes, una gargantilla y un bolso de mano que parecía ser bastante caro.

✓Si tú me quisieras (Willy Wonka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora