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Me había mudado desde Punta del Este hasta Montevideo esperando que la capital me ayudara un poco más a poder encontrar trabajo, toda mi vida me había dedicado a escribir y tomar fotografías, porque no había mucho trabajo en cine en Uruguay, a no ser que fueras independiente.

Anteriormente trabajaba en una editorial virtualmente pero después me despidieron y fue cuando decidí mudarme al departamento de Montevideo.

Era lindo, soleado y además era cerca de la costa, donde no extrañaría al mar.

—¿Samantha LaRosa? —preguntó la mujer mientras hacía la entrevista de trabajo. —¿Por que no me cuentas de ti?

¿No habían leído ya mi curriculum?

—Ah pues, estudie en la universidad católica del Uruguay en Comunicación Audiovisual, Digital, Organizacional, Periodismo y Publicidad, al mismo tiempo, Cinematografía, además de una maestría en estudios organizacionales con especialización en Cambio y Comunicación Organizacional, trabaje en una editorial de revistas....

—¿Sabes para que es esta entrevista?

—¿Para la editorial de grupo Planeta, no? Me citaron acá para eso.

—Bueno, ¿si te dijera que no somos del grupo planeta qué harías?

—¿Es acaso esto una broma? —suspire.

Lo único que faltaba es que esto en verdad fuera una broma.

—Bueno, una broma broma, no es querida. —se encogió de hombros. —Si es una entrevista de trabajo pero, ¿porque no me hablad de ti? de lo que realmente es importante para ti.

—Mi familia. —dije. —Es lo más importante, luego de ellos está el escribir, tomar fotografías, expresar lo que siento a través del arte, no se realmente.

—¿Trabajaste antes en un proyecto de cine, no?

—No era nada de cine, pero grabe un proyecto con el Libero, no había mucho trabajo en ese momento y ya me daba igual que hacer, viaje hasta argentina cuando estábamos filmando, recuerdo que fue por la situación de aquel accidente en el setenta y dos, investigué mucho y también escribí sobre ello, anotaciones y cosas que me hicieron sentir la situación.

—¿Algo mas en lo que trabajaste en ese tema en particular?

—Creo que el documental de history chanel latam, ayude en la grabación, edición y todo ese quilombo.

—¿Conoces a J.A Bayona?

—Es un gran director de cine, es de España y ame la película de un monstruo viene a verme, es un increíble director y la visión con la que mira el mundo a través de lo que hace es maravilloso.

—Me alegra que te agrade el director. —me brindo una sonrisa y después unas hojas. —Mira, este es el contrato, queremos que ayudes a escribir un guion para una película de este director, Bayona escucho sobre ti y bueno, léelo y su lo aceptas, tendrás que firmarlo porque el guion tiene que estar listo en menos de seis meses.

¿Cuantas veces hemos deseado poder hablar por las demás personas en un mundo tan complejo cuando se hablan de emociones? Bueno, esta era mi gran oportunidad para hacerlo.

Después de leer absolutamente todo el contrato y ver que también participaría en producción y algunas cosas de producción, por una gran cantidad de pasta, firme y me fui a mi nuevo apartamento.

Aún tenia que acomodar muchas cosas, así que me quite el barbijo y prendí el televisor para abrir youtube y poner a los bunkers y terminar de acomodar.

Aún tenia que acomodar muchas cosas, así que me quite el barbijo y prendí el televisor para abrir youtube y poner a los bunkers y terminar de acomodar

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La noche cayo rápidamente, así que saque una silla al balcón que compartía con algún vecino y acompañada de una botella de vino me senté en el sereno.

Hacía un poco de frío pero, ahora debía investigar, debía leer y absorber todo lo que pudiera de aquel momento histórico, me dieron libros, noticias y todo lo que habían investigado.

Prendí un cigarro y suspire.

Todo quedó suspendido un momento, el tiempo, el espacio, tuve un momento de sosiego por primera vez en mucho tiempo.

—Vaya, creí que yo era el único loco que sale en plena madrugada a pensar. —abrí los ojos y lo miré.

Un chico más alto que yo y con una sonrisa encantadora, de cabello morocho y rizado estaba frente a mi.

—Estaba leyendo un poco. —suspire y talle mi rostro.

—Vaya forma de leer con los ojos cerrados. —se sentó en otra silla que estaba del lado contrario. —Soy Enzo Vogrincic, tu vecino de al lado y con el que compartes balcón, pero podes decirme Enzo.

—Soy Samantha LaRosa, pero podes decirme como gustes. —di una calada al cigarro que ya estaba a la mitad. —Me acabo de mudar.

—Lo supuse cuando escuche qué había música y vi las plantas aquí afuera en la tarde. —asintió. —¿Qué eran, los cadillacs?

—Los bunkers de hecho. —solté mi cabello y suspire. —¿De casualidad sabes que horas son?

—Las dos y cuarto.

—Ya, gracias. —tome la botella de vino y la mire. —¿Quieres un trago? La abrí pero, no creo terminarla esta noche.

—Iré por vasos, aguarda flaca.

Recién lo había conocido y ya me decía flaca.

Me termine el cigarrillo y prendí otro por costumbre, solía hacerlo seguido.

—¿Fumas mucho?

—Solo si me siento agobiada, ¿tu lo haces?

—Nah, odio hacerlo. —asentí y solté el humo hacia otro lado. —Pero no me importa ahora, estamos a exterior.

—Dale, es solo humo. —le pase la botella y deje el cigarro en la maceta, volví a amarrar mi cabello. —Ademas no quiero incomodar, apenas nos conocemos.

—Mm dale.  —me paso un vaso y luego de que él tomara, me miró. —¿Qué leías hace rato?

—Entrevistas, es de trabajo, un quilombo de cosas e información. —sonreí. —No creo que importe mucho, ¿llevas mucho viviendo acá?

—Unos meses solamente, antes de ti, aquí había una pareja que le molestaba mucho salir al balcón así que no hubo mucha convivencia con ellos.

—Genial, ¿tu en que trabajas? —volví a tomar mi cigarrillo.

—Actuó.

—¿Actúas?

—Hago teatro, y he grabado una película hasta ahora, estoy en otras grabaciones que ya casi acaban así que...

—Genial.

—¿Qué hay de ti? ¿En que es todo el quilombo en el que trabajas?

—Escribo, para escribir hay que estudiar, así que...

—¿Escribes, como novelas y eso?

—Algo así, trabajaba en una editorial antes.

—Genial, podes transmitir cosas que los demás no.

—Solo editaba artículos y tomaba las fotos de algunos artículos, mostraba mi perspectiva únicamente con las fotografías.

—Por eso me gusta actuar, es liberador expresar sentimientos.

Sonreí dándole la razón, por algo yo había comenzado a escribir cosas personales, quería que las voces que no eran escuchadas lo fueran.

—Salud vecina, por tu llegada.

—Salud, Enzo.

don't bladme | enzo vongricicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora