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El cumpleaños de Enzo estaba a la vuelta de la esquina y Sam no tenía absolutamente nada que regalarle.

—¿Un cd? —dijo Fran. —No se gordis, tu eres su novia, debes de saber que darle.

—Es que es alguien sumamente sencillo, no tengo idea de que darle. —se recargó en el hombro de Blas y suspiro.

—¿Por que no le haces una canción?

—No es tan mala idea. —dijo Sam. —Gracias Blas, eres un amor.

—Si, y hazle una cena así bien romántica a la luz de las velas, le puedes dar una cámara y algo así con todas las cosas que han hecho juntos. —dijo Simon. —Ambos son románticos, algo te debe de servir.

—Son geniales chicos, lo haré.








Sam estaba en su casa buscando como loca cosas que había hecho con Enzo, y no encontraba nada

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Sam estaba en su casa buscando como loca cosas que había hecho con Enzo, y no encontraba nada.

—Debe de haber algo. —y cuando creyó todo perdido, encontró los boletos de Chile a Madrid. —Genial.

Luego encontró los boletos de cuándo habían ido al museo, y en su teléfono encontró fotos que había tomado con y sobre Enzo.

Salió a un cibercafé y imprimió algunas de ellas para poder hacer un cuaderno con todas las cosas que habían vivido juntos.

Toda esa noche se dedicó a terminar el cuaderno que quedo con muchas paginas en blanco, podrían después llenarlas juntos.

No durmió como quería pero al menos tenía un buen obsequio que darle.

Hizo un desayuno rápido y acomodo todo en la charola donde Enzo le había llevado el suyo en su cumpleaños.

Entro al cuarto de Enzo, quien ya estaba despierto.

—¡Buenos días amore mio! —sonrió y puso la bandeja en la cama. —Te traje el desayuno y bueno, un beso de buenos días.

Se acercó y tomo el rostro de Enzo entre sus manos, dándole un beso en los labios.

—Buenos días amor. —sonrió y le dio otro beso a la chica. —¿Qué es todo esto?

—Un desayuno de cumpleaños y un regalo. —sonrió dejando otro beso en sus labios. —Te robe la idea del que me diste tu.

—No debías darme nada ni hacer nada por mi, amor.

—Te lo mereces por todo lo que haces por mi flaco, tenemos libre así que, disfruta con calma.

—Gracias guapa.

Comenzó a desayunar y Sam solo se limitó a platicar con él.

Aún no sabía que hacer en todo el día para celebrar su año nuevo de vida, pero quería que le gustara su día.

don't bladme | enzo vongricicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora