+ 𝐒𝐈𝐍𝐂𝐄𝐑𝐎 - 𝗋𝗈𝖽𝗋𝗂𝗏𝖺𝗇

VII

  Acarició a su gato, Barry, por última vez antes de mandarse, posiblemente, la peor cagada del año.

—Te amo Barry, si no vuelvo es porque me metí un tiro en el camino.

Lo mimo por unos minutos más y salio de su casa de manera rápida, pensaba que llegaba tarde.

14:24P.M

—Hola. — Saludo.

—Hola, Ro.

—Y, ¿al final en que quedamos?

—Mmh. — Jadeo pensativo.— ¿Quere' ir a tomar algo?

—Bueno.

Pensaba en diferentes temas de conversación para que el silencio incómodo desaparezca.

—Che, sobre lo de la otra vez. — Comenzó Iván.— En serio no fue tu culpa, las acciones de Sarah ya eran críticas desde antes, se podía decir que esa razón era la que necesitaba para, ya sabés.

—Si, entiendo. — Confirmó.— ¿Vos decis que podemos volver a ser amigos?

Lo admiro un rato, los cuales parecieron horas.

—Ahm, ¿Iván?

—Sí.

Al notar la sonrisa de su rostro, hizo el mismo gesto, pero agachado su cabeza por la vergüenza que sentía porque Iván viera esa sonrisa que no era de su agrado.

Un pensamiento frustrado paso rápidamente por su mente, aunque eso no lo detuvo a pensar más en él.

—Es agradable ser de nuevo panas, ya sabes, extrañe tu amistad. — Confesó el castaño.

—Pienso, lo mismo. — Susurro.

—¿Perdón? — Dirigió su vista al pelinegro.

—Que pienso lo mismo, Ro. — Repitió emocionado.

—Sos un tierno.

La confianza entre ellos había vuelto de un golpe que a ninguno de los dos le disgusto, de echo al dúo de chicos le pareció algo alegre.

Pasaron un día muy divertido, charlando, hablando, conversando, de todo. Amo de todas las opciones posibles la manera en la que Iván lo incluyó, recibió sus abrazos, no evitaba a toda costa los besos del mayor. Pero, a la vez fue raro.

Se sonrojaba algo rápido, llegaba a tartamudear cuando mantenía la visión en su rostro, podía desviar sus ojos marrones oscuros a sus labios de un suspiro, jadeaba a lo bajo al tacto del castaño y más de esas actitudes.

Lo hizo sentir algo extrañado, pues prácticamente nunca en su vida experimentó esa versión del más alto. Siempre fue lo contrario, ¿por qué ahora era así?

—Che Ivi.

—¿Ah?

—Andas raro, ¿pasa algo? ¿Es... Por lo de hoy?

—¡No!, no, no, no. — Negó de manera rápida.— Es que. — Intento pensar una excusa creíble.— Nada, andaba con un toque de dolor de cabeza.

«¿En serio?»

—Ahm, ¿pos...?

—¡Sí! si... Creo que es para allá, vamos. - Dijo.

Lo siguió con esa duda aún en su cabeza, no quería seguir molestando, pero tenía en cuenta que esa pregunta permanecería en él hasta conseguir una respuesta creíble.