XXIII

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(...)

  El viento le pegaba en toda la cara, sentía una sensación rara en su pecho, como si lo que estuviera por hacer fuera algo malo, según Nicolás era un pelotudo total, mientras que para Oscu era lo mejor hasta el momento con respecto al tema.

Claro que apenas escuchará las palabras que tenía que oír se iría, se lamentaría mucho si algún conocido de su pareja lo viera ahí y le fuera a contar.

Al ver una cabellera rubia a lo lejos supo que se aproximaba el tan esperado momento, o el momento que Iván quería evitar a toda costa.

Sarah lo había manipulado de alguna manera para que la oyera, con sus estúpidas excusas de que se iba a matar si no supiera lo que tenía que decir.

—Ivi... — Medio suspiro la rubia, hace bastante no veía al susodicho.

—Qué queres. — Le dijo sin fin.

—Quiero que me perdones por todo, sé que fui una tarada en todo el transcurso en el que estuvimos juntos, y por eso te quería pedir perdón, por hacerte gastar tu tiempo, hubieras podido conocer a alguien mejor que yo. Entendiendo si no me queres ver más en tu vida, pero aunque sea como un amigo te necesito, fuiste de gran importancia en mi vida. — Comentó.— Si no queres bueno, supongo que te dejaré definitivamente, y eso lo juro por mi gato que sé que vos sabes cuanto lo amo... — Suspiro.— Solo eso te quería decir, te dije esa excusa porque era la única forma de que me escucharas. Perdón de nuevo.

El pelinegro sintió algo le lastima, pero no la suficiente como para compraserla.

—No estas del todo perdonada por mi parte, así que no, no quiero una amistad con vos a pesar de que fui alguien en tu vida, vos solo fuiste un ser existente más. — Respondió lo más seco posible.— Y sé, puede que sea una banda lo que digo, pero me hiciste mal posta, yo estaba re mal y vos estabas en una joda chapandote con el primero que te miraba, yo no quiero juntarme con gente de ese tipo, menos si esa gente fue algo amoroso mío.

La más baja hizo una mueca.

—¿Al menos me podes dar un abrazo? De despedida.

Sin dejar que el contrario respondiera se acercó a él y sin pensarlo dos veces le encaro un beso en los labios.

—¿¡Qué mierda haces, pelotuda!?

—Per...

—¿¡Vos no sabes que tengo pareja!?, ¡yo no voy a ser igual de imbécil que vos! Sos una retrasada, cuantas veces te tuve que decir que tengo novio para que no te me acerques... No me busques, de hecho ni vuelvas a respirar al lado mío, ni me veas.

Se fue indignado a paso apresurado.

(...)

Estaba en la casa de Germán disfrutando con sus amigos hasta que su celular sonó.

—¿Martín? — Consulto Angie al ver la pantalla del celular de Rodrigo.

—Martín no llama a nadie, ¿por qué...?

—No sé, callate. — Interrumpió.— Lo voy a poner en altavoz.

Atendió y puso para que todos escucharán el problema que posiblemente le había ocurrido a su amigo.

—¿Hola, Carre?

—Sí, ¿qué pasó, amigo?

—Sabes que no te llamo si no es para algo importante.

—Dale amigo me estás asustando.

—A todos le llegaron una foto donde tu novio esta besando una mina, también le llegó a sus amigos. — Informó. — Fijate en el celular de algunos de los pibes.

Efectivamente, cuando vio la cara de Germán, Angie, Mauro y Santiago supo que lo que decía Martín era verdad.

—¿Querés que vaya, amigo? — Habló después de un silencio tenso.

—Sí.

Colgó la llamada y se quedó quieto en su lugar, todavía trataba de formular la noticia.

—Toma, primo. — El de lentes le dio su celular con la famosa foto en la pantalla.

Hizo zoom varias veces, intento detectar a la persona, pero no pudo saber nada.

—Dios, amigo... — Suspiro.— Se ve muy real.

—Tranqui che, de seguro te debe haber una explicación para esto.

A los minutos sonó el celular del sorprendido una vez más, solo que esta vez era del supuesto infiel.

—Atende boludo, anda a afuera.

Le hizo caso y salio al balcón, esperando que todo fuera una broma de mal gusto.

—¿Ro? ¿Amor? — Llamó el que estaba a través de la pantalla.

No respondió.

—Yo sé que me escuchas, la foto que te mandaron no es lo que parece, yo no me besé a la mina, ella me beso a mi, sí, puede que este re quemada esa excusa, pero lo mío no es una excusa, es la verdad. Mira, te explicó...

—¿Qué me vas a explicar? ¿Me vas a explicar que no reaccionaste cuando se te acercó? ¿Qué no la viste venir? ¿Qué vos solo fuiste a hablar? Dale Iván, hacete el boludo otra vez, te di mi corazón de nuevo y lo hiciste mierda, aunque ahora fue muchísimo peor. — Dijo.— ¿Me vas a decir que la mina esa no es tu ex?

Otro silencio se apoderó de la llamada entre los dos, esto sólo ocasionó que se formará un nudo en la garganta a Rodrigo, en lo que a Iván le dolía la mano por lo tantos golpes que le dio a la pared por su situación actual.

—Respondeme Iván, ¿No es tu ex la rubia?

—Sí, ¿y?

La lagrima que tanto se guardaba en lo más adentro de su ojo salió, esa letra estuvo de más.

—¿Vos sos posta? Claro, uno acá que lo dio todo y otro que le importa un carajo serle infiel a su pareja, es que no puedo expresarte mi enojo... Te lo diría a la cara lo pelotudo que sos, lo tanto que te odio, lo que detesto haberte conocido, lo mucho que lamento haber aceptó tu propuesta y lo exagerado que te ame esta vez, por más que no lo creas te ame con la misma intensidad que hace años, no lo supiste valorar... Parece que soy el único pelotudo que perdona acá. — Se escuchó un sonido que significaba que el castaño estaba llorando.— Sos un boludo increíble Iván Buhajeruk, no sabes lo tanto que maldigo el día que te conocí y te hablé. Ya ni te intereses en explicarme las cosas que no quiero saber una puta mierda de lo que pasó, andate con tu ex, vamos a ver quién termina solo, hijo de puta.

Espero unos segundo para ver si lo imbécil se le podía quitar, pero al notar que no ejerció ni una respiración, entonces colgó con el mayor enojo posible, tanto que si fuera por él, hubiera estrellado el dispositivo contra el piso.

༄༄

Es un pelotudo amigo, no puedo creer que haya sido así. — Le comentó a sus amigos, simplemente era de no creer para muchos.— Lo veía venir, pero no así.

Estaba rodeado de personas, de sus amigos y de los amigos de su ex pareja, admiraba como a pesar de ser amigos de un inservible eran buenas personas.

—Rodri, todos pasamos por algo similar o quizás peor, vas a ver cómo esa herida con el tiempo se va curando. — Le dijo Ari, frotando su mano en la espalda del más bajo.— Después de todo, más de una persona necesita a ese ser humano idiota para aprender cosas, tú por ejemplo, ahora sabes que las segundas oportunidades son para personas que no te dejaron con una herida aún sanando.

—Gracias chicos, posta.

Esa charla fue la mejor en años, los consejos de sus compañeros era lo que más necesitaba en ese instante, tuvo suerte de encontrar a esas personas que te ayudan cuando estas a punto de hundirte.

+ 𝐒𝐈𝐍𝐂𝐄𝐑𝐎 - 𝗋𝗈𝖽𝗋𝗂𝗏𝖺𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora