XVIII

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  Pasaron semanas y parecía que llevaban ya un mes conviviendo los dos chicos juntos en la casa de Rodrigo, obviamente que a él no le molestaba, pero le resultaba raro que la madre de Iván haya ignorado el hecho de que su hijo estaba lejos de casa.

—¿Tu mamá no te llamó? — Consultó por segunda vez en la mañana.

—No Ro, ya te dije que le avise que iba a estar con vos, por eso no se preocupa y me llama o me manda mensajes cada segundo.

—Antes era más insistente.

—Tengo veintidós años Ro, si tuviera trece años de nuevo me estaría mandando mensajes porque soy menor de edad.

El enano solo asintió con su cabeza, tenía razón, pero no le diría que estaba en lo correcto.

—Voy a salir con los chicos, ¿te quedas o...?

—Sí, me quedo, vos anda tranqui. — Dijo.— Era medio obvio que ibas a salir igual, todo arreglado. — Sonrió.

—Te aviso de todas maneras, Ivi.

Agarro sus cosas y dejó un beso en los labios del mayor.

—Cuida a Barry, y avisame si te vas, por favor. — Pidió.

—Bueno, bueno.

Se despidió agitando su mano con una sonrisa en su rostro.

La idea de salir tan temprano de su casa para ir a visitar a sus amigos era algo que nunca había hecho, así que le resultaba algo raro.

Al llegar a la casa de Germán y tocar el timbre, rápidamente se abrió la puerta.

—¿Quién te dejo subir? — Pregunto Angie.

—El portero. — Contesto algo sacado de onda.

—Entra rápido.

Sabia que era algo importante por lo que había ido, sino hubiera ido más tarde.

—A Ger le termino la novia.

—¿Qué?

—¿Eh?

Rodrigo y Germán miraron extrañados a la peliazul, pues el de anteojos hace tiempo ya estaba soltero, además hasta donde el castaño sabe, su amigo no tuvo pareja desde ese entonces.

—Cualquiera, ¿por qué lo llamaste tan temprano?

—Me dijiste que tenía que venir rápido.

—¡Pero te dije que lo llamaras a la tarde!

—Ah...

—Bueno, no me voy a ir, ¿qué hacen?

Dejo sus cosas encima de la mesa de la cocina y se sentó al lado del chico.

—Mira, estabamos planeando hacer una juntada con los amigos de Iván, pero entre que son muchos y solo tenemos el número de tu noviesito, medio como que nos estamos arrepintiendo.

—De nuestra parte iríamos, yo, Ger, vos, Santu, Pato, Mauro, Martín, Ale y Tomás.

—¿Alexis esta acá?

—¿No sabías? Esta en la casa de Martín.

—Fua. — Soltó.— ¿Vos decis que va a querer ir tomi?

—Y... Debemos invitarlo a ver si nos dice que lo va a pensar al menos.

—Lo invitamos en todas y desde hace banda que no nos quiere ver.

—Mete excusas de mierda además, se las saca del culo.

—Vamos a ver si quiere venir, sino vemos si podemos traer a más pibes porque somos re pocos. — Comentó Germán mientras seguía con la vista en la computadora.

+ 𝐒𝐈𝐍𝐂𝐄𝐑𝐎 - 𝗋𝗈𝖽𝗋𝗂𝗏𝖺𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora