XXVIII

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(...)

  Todos opinaban cada tanto de como sería una relación entre Rodrigo y Tomás, sería tierno verlos juntos teniendo en cuenta como son cuando se enamoran.

Claro que a Rodrigo le incomodaba un poco esas opiniones, al final del día, el pelimarron siempre sería como un hermano para él. Capaz, y solo capaz, podía ser que llegará a sentir otras emociones por el mayor, pero se lo quedaría en su interior, nunca se lo confesaría.

Por más que hubieras posibilidades de que estuvieran juntos, Rodrigo simplemente no quería nada amoroso con su mejor amigo, como dijimos, él lo considera un hermano.

Esta vez no habrían excepciones.

—Basta boludo, son re pesados con eso. — Bufo Tomás al escuchar que volvían al tema que le resultaba molesto.— Hablen de otra cosa.

—¡Pero es verdad! Serían muy linda pareja. — Dijo Angie.— Bueno, si te molesta esta bien. — Se encogió de hombros.

Siempre era el mayor el que hablaba por el castaño porque sabía que le daba vergüenza, así que tampoco quería que se sintiera incómodo.

Por el lado del pelimarron, a él le daba lo mismo si comentaban o no sobre las posibilidades.

Tenía que admitir que una pequeña parte de su ser seguía amando a su mejor amigo con más intensidad de la que debía, y la otra parte ya solo lo notaba como un ojiverde extrovertido que le saca todos los días una sonrisa.

Aun así, no esperaba que volviera a pasar lo que juraba que no tendría que volver a suceder. Volvió a besar al castaño, pero esta vez si fue la culpa de este último.

Supuestamente estaba borracho, pero Tomás conocía a Carrera de pies a cabeza, por lo que sabía que estaba completamente consiente de sus actos.

—Besas bien. — Susurro entre sus labios.

Como el de ojos café no quería aprovecharse de su estado de supuesta ebriedad, entonces lo alejó.

—No sabes quien soy, ¿no?

—Obvio que sé quien sos.

—Te recuerdo que no soy Iván, Soy...

—Tomás — Completó el contrario.

Aquel comentario dejó sorprendido al susodicho, pues no sabía que tuviera en cuenta aquello.

—Y si sabias quien soy, ¿entonces por qué me besaste?

—Porque es justamente lo que quería hacer.

Iba a volver a juntar sus labios pero el mismo Tomás lo detuvo.

—No. — Dijo.— Necesito que me expliques como son las cosas Rodrigo, no podes primero mandarme a la mierda, volver y ahora querer chamuyarme, es obvio que no me voy a dejar así nomás.

—Me gustas. — Confesó.— Quiero conocerte mejor, hace días estoy planeando eso pero no se me da... Podíamos intentar algo, si queres, sino no pasa nada, espero que nuestra amistad siga.

—Vos también me gustas, pero necesito que puedas pararte de pie, que no haya nadie y que sea de día, así que mañana hablamos con más profundidad.

—¿Te puedo besar?

—Si te pinta... — Contesto.

Volvieron a juntar sus labios en un fuerte beso, algo necesitado diría el más bajo.

Al día siguiente se juntaron en la casa del de ojos claros y hablaron un poco de todo.

—Vos sabes que lo que hice fue porque estaba en pareja, si hubiera estado en una relación con otra persona pasaría lo mismo Tomi. — Aclaró.

+ 𝐒𝐈𝐍𝐂𝐄𝐑𝐎 - 𝗋𝗈𝖽𝗋𝗂𝗏𝖺𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora