XIII

190 9 0
                                    

  Aquella noche fue una de la más divertidas del año para Carrera.

La había pasado genial, no había hecho nada de lo que se pudiera arrepentir, fue como algo de ensueño, más al estar tan cerca de Iván.

Recuerda la escena donde estaba sonando una canción muy hermosa, y los dos decidieron mirarse fijamente en lo que la gente saltaba como loca, parecía que nada ni nadie podía interrumpirlos. Era su momento.

Después de unos minutos de observarse, unieron sus labios unos segundos, pero pareciera que hubiera sido infinito, se besaron con tanta pasión que ninguno quería separarse.

Cualquiera diría que fue algo de película, y si, podría ocupar ese lugar tranquilamente.

Luego de esa escena, el castaño fue corriendo hasta donde estaba Germán, intentando que sus nervios se fueran de una vez.

—¿Qué te pasa primo? Parece que te paso algo re wow. — Le sonrió, entregándole dos vasos para que le ayudara a llevar.

—Boludo, siento que estoy en un sueño. — Confeso con tal emoción que en sus ojos se hizo un brillo encantador.

—De seguro que te chapaste con Iván. — Bromeó.— Es muy obvio. — Agregó al ver la cara de que estaba en lo correcto de su amigo.

—Si pero, fue algo distinto. — Intento decir.

—Primo, ya todos sabemos que vos y ese pibe. — Señala con su vaso en la mano al pelinegro, quien estaba charlando con sus amigos con una gran sonrisa en su rostro.— Se traen las re ganas y que son novios, y que se besuquean cada que pueden.

Prosiguió a caminar con destino a la mesa donde estaban descansando Angie y Mauro, dejando al más bajo admirando al chico que decía ser de sus sueños.

Este al parecer supo que alguien lo estaba mirando, por lo que giro su cabeza hacia esa dirección, encontrándose con los ojos de su novio. Estuvieron viéndose unos minutos como si fuera algo de amor a primera vista.

Todo era así, hasta que alguien jalo del hombro a Carrera.

—Flaco, reacciona. — Chasqueo sus dedos muy cerca de él.

—Para Angie, ¿qué pasa? — Contesto algo enfadado, pues interrumpió ese momento tan tierno.

—¡Las bebidas, nene! — Protestó.— Damelas y si queres andate con tu noviesito. — Dijo tratando de no hacer notar algo de enojo en eso, prefería que Rodrigo este con su novio y feliz, que este aburrido con ellos. La verdad es que no le hacia tanto afecto.

—¿Posta?

—¡Anda! No molesta.

Una vez recibió esas palabras, fue hasta donde se encontraba el más alto, aunque antes de acercarse a él, prefirió quedarse a hablar con parte de su grupo.

—Nico. — Llamó.

—¡Carre! Hace banda no te veo, ¿cómo estas? — Saludo, dándole un abrazo.

—Bien, no pensé que ibas a venir.

—Me colé. — Rió.

—Rodri, ven. — Indicó Abril, que se encontraba con Samantha, Juan, Osvaldo y Sebastián.

—¿Vamos? — Le preguntó a Nicolás, y este asintió.

Al llegar con los demás comenzaron a hablar de lo más normal.

(...)

Hablando con Gonzalo, un tema de conversación se hizo presente entre ellos, el cual hizo sentir algo incómodo a Iván.

+ 𝐒𝐈𝐍𝐂𝐄𝐑𝐎 - 𝗋𝗈𝖽𝗋𝗂𝗏𝖺𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora