Los siguientes días fueron comunes y normales para Luther, no tener la presencia de Aponia cerca más que unas mínimas veces, aunque para su mala suerte, en esos días Aponia volvía estar en boca de todos, fuera por algo bueno o malo; de todos modos, causaba una rabia burbujeante en la garganta del varón, ¿qué tenía que hacer él para que los demás dejaran de mirarla y que su querida amada sólo tuviera los ojos para su persona? Sólo lo ponía más inseguro sobre su futuro con aquella rubia joven que tenía como compañera, haría todo lo que fuera por tenerla para él, Luther podía tratarla mejor que cualquiera, comprarle hasta lo imposible, amarla hasta ahogarla, nunca dejarla sola, apoyarla en todo hasta para que ella no tuviera que caminar, se ahogaba tanto en sus sentimientos que empezaba a dolerle la cabeza de solo pensarlo.
La obsesión de Luther alcanzó un punto en donde su necesidad de saber todo de ella se hizo presente, debía de conocerla de pies a cabeza para que si alguien le preguntara algo él supiera responder y que se viera que Luther era el único que entendía realmente a Aponia, llegó hasta a pedirles a sus catmens ayuda sobre las redes sociales, quería crear un perfil para conocer a Aponia de una forma más íntima. No le gustaba mucho el tema del internet y la tecnología, era algo a lo que no le encontraba mucha lógica, pero si se trataba de esa niña, podía soportarlo. La ofuscación estaba en su máximo esplendor, quería saber todo sobre ella, que es lo que hacía, con quién salía, como era en su vida privada, su antes y después, necesitaba material para sobrevivir, era como su droga. En aquel perfil pudo visualizar la vida entera de la joven maestra desde que había creado su cuenta: fotos de los lugares a donde iba, sus amigos, y de ella, por supuesto. Era bastante obvio que Aponia había vivido una vida totalmente diferente en su adolescencia y juventud temprana, a diferencia de la gente de ese lugar.
Se veía contenta y feliz en las imágenes, viviendo su adolescencia con las actividades más "inmorales" que Luther pudo haber visto, en especial si las comparabas con la religión que practicaba, pero se veía tan hermosa. Cada vez que veía una nueva foto de ella se volvía cada vez más hermosa, aunque fueran fotos cuando era adolescente, no importaba, las guardó todas, en cada una en la que ella salía sola. Pero Luther no podía responsabilizar de eso a Aponia, ella apenas tenía 19 años, Luther tenía 27 años, ambos experimentaron cosas diferentes en sus vidas, Aponia vivía la suya siendo una mujer completa y feliz, pero era feliz sin él.
Guardó tantas imágenes pudo, pero en un momento de debilidad y completo desconocimiento, imprimió muchas de estas fotos, colocándolas en diferentes lugares de su habitación, incluso en aquel altar religioso que tenía para cumplir sus rezos, incluso la imagen de la menor perturbó el espacio sagrado de Luther para que pudiera venerarla, tal cual una virgen.
El lunes llegó como era costumbre, abriendo las puertas a los profesores y alumnos que iban a estar ahí 8 horas durante toda una semana, aun así, estaba emocionado porque de nuevo vería a su musa. Quién, al pensarla, se había manifestado cerca de él en aquel auditorio donde se realizaban las misas diarias, apenas pasó a su lado y lo saludó; él no se controlaba cuando veía la belleza de esa jovencita, sus ojos azules que eran iguales a los del inmenso mar y su cabello dorado atado le daba una apariencia inocente que en su mente no tenía. Lograba imaginar cualquier fantasía con ella cada maldito segundo que la miraba a los ojos y la observaba en ese uniforme. Y cuando Aponia lo saludó, no respondió, como siempre, lo que ya era una rutina para Aponia, tener la pesada mirada de Luther sobre su espalda. Siguió observándola hasta que la blonda dejó de mirarlo cuando observó a los demás asistentes, Luther rápidamente bajó la mirada porque no quería que nadie se enterara del deseo que tenía por ella. Lo estaba volviendo loco.
Mientras el sacerdote encargado de dar el sermón del día continuaba con su plegaría, hubo un movimiento: algunos maestros intercambiaron lugares, organizando que Aponia se quedara al lado de Luther, lo que demostró la diferencia de alturas entre ellos, la chica apenas alcanzaba su barbilla. Fue algo irritante para Aponia que la hubieran hecho moverse tan de repente, mirando a Luther de nuevo con nerviosismo, esperando que él no estuviera molesto que la hubieran puesto a su lado a propósito.
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𝐌𝐲 𝐋𝐮𝐜𝐢𝐝 𝐕𝐢𝐫𝐠𝐢𝐧 | 𝘓𝘶𝘵𝘩𝘦𝘳'𝘴 𝘧𝘢𝘯𝘧𝘪𝘤
FanfictionPodía ser el hombre más recto, más devoto o incluso el más entregado a su Dios, llamado incluso un ángel del señor. ¿Pero que sería de él cuando se entere que el demonio no es nadie más que su propia piel? • Luther × Fem!Reader • Personajes de Capt...