Ambos estuvieron juntos en ese baño hasta que Aponia estuvo lo suficiente tranquila para que no volviera a vomitar, y que tuviera algo de fuerzas para levantarse, obviamente con ayuda de Luther, quien no la dejó sola ni un solo momento. Estuvo a su lado dándole cariño y tranquilizándola, porque muy en el fondo, dentro de su corazón y su cabeza, le partía el alma verla tan frágil y débil, temiendo que todo lo que estaba pasando le hiciera daño.
Tras esto, la pareja salió de los baños, mostrando la escena de como la maestra caminaba encorvada, con pasos lentos, temerosos, sosteniéndose el estómago con una mano, mientras que con la otra se apoyaba en el brazo de Luther, quien estaba a su lado, siendo su pilar de apoyo para que caminara, sosteniendo su cuerpo por si en algún paso en falso la chica fuera a tropezarse o a perder las fuerzas. Obviamente el escandalo llamó la atención de muchos de los alumnos y de los maestros, quienes estaban viendo desde las ventanas.
— Te llevaré al auto, cariño, te llevaré a casa — Avisó Luther mientras se encaminaban a los pasillos de la escuela.
— ¡No...! Estoy bien, de verdad Luther. Esto es normal, se me va a pasar, sólo debo de estar tranquila — Replicó su pareja. — Déjame volver a clases, ya me he ido muchas veces, por favor... — Suplicó.
— No puedo permitir eso. Estás terrible, no puedes dar clases así; no te preocupes por el reporte de salida, yo lo llenaré por ti — El hombre siguió insistiendo en que ella se fuera.
Llegaron al salón de Aponia nuevamente, pero la rubia no entró, se quedó recargada en una pared cerca, esto al mismo tiempo que Luther entraba al salón, interrumpiendo por unos momentos la clase que Charmine daba para suplir a Aponia. La mujer pelirroja que estaba cubriendo el horario se quedó callada cuando Luther entró al salón del que se estaba haciendo cargo, viéndolo con un poco de confusión, sorpresa y curiosidad.
— Jóvenes, por favor silencio — Ordenó Charmine, dando una palmada en el escritorio.
— Chicos. La maestra Blair nuevamente va a ausentarse, su condición no ha mejorado. Mañana regresará con ustedes. Por el momento quedan a cargo de la maestra Charmine — El hombre más alto anunció cuando se encontró dentro del salón, guardando las cosas de su pareja en su mochila.
Era claro que hubo ciertos reclamos por parte de los alumnos, que estaban preocupados por la salud de su maestra, deseándole que se recuperara pronto. Todo esto fue oído por Charmine, quién no pudo ocultar su rostro de frustración ante la noticia, ¿otra vez tendría que hacer el trabajo de Aponia? Estaba harta de sus tonterías. La pelirroja se acercó a su jefe antes de que se fuera por la misma puerta por la que entró, tomándolo del brazo para detenerlo.
— ¿Otra vez? Luther, he hecho esto varias veces ya — Reclamó. — No es justo que siempre me dejen con esta responsabilidad. —
— Lo sé, entiendo que estés cansada, pero esto es urgente — Luther respondió, no poniendo mayor atención a las quejas de la pelirroja. — Aponia realmente necesita descansar, no puedo dejarla así —
— ¿Y qué pasa con mis responsabilidades y lo que he hecho? Parece que siempre soy la que termina cubriendo sus obligaciones sin que nadie lo note. Además, ¿no crees que también me vendría un poco de descanso y de tu consideración? — Esta vez su tono se suavizó, dándole una insinuación clara.
— Luego voy a reponerte tu trabajo, ¿cuento contigo Charmine? —
— Está bien, lo haré. Pero espero una solución a esto — Aun tenía ese descontento en su mirada, pero lo disminuyó con la promesa implícita de Luther.
— Gracias Charmine. Eres muy amable — Luther le dio unas suaves palmadas en su mejilla y un apretón amigable en la mano de la mujer que lo mantenía detenido. Tras esto, tomó las cosas de Aponia y salió.
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𝐌𝐲 𝐋𝐮𝐜𝐢𝐝 𝐕𝐢𝐫𝐠𝐢𝐧 | 𝘓𝘶𝘵𝘩𝘦𝘳'𝘴 𝘧𝘢𝘯𝘧𝘪𝘤
FanfictionPodía ser el hombre más recto, más devoto o incluso el más entregado a su Dios, llamado incluso un ángel del señor. ¿Pero que sería de él cuando se entere que el demonio no es nadie más que su propia piel? • Luther × Fem!Reader • Personajes de Capt...