11

169 27 7
                                    

Al siguiente día, la comunidad y el vecindario era un completo caos, todos se estaban preparando para aquella procesión que era tradición; los negocios, las casas y la escuela, todo el mundo ahí estaba listo, incluso desde la madrugada ya estaban organizando las cosas.

          El trabajo de Luther era supervisar el recorrido, pero en especial a Aponia, él respondía por ella, cualquier cosa que pasara, él era el responsable y tenía que ser el primero en actuar. En ese momento no estaba prestando demasiada atención al caos que estaba sucediendo, no le importaba que estuvieran haciendo los alumnos o los maestros, él ya estaba lo suficientemente estresado por la discusión del día anterior con su hermano que lo menos que necesitaba era estresarse por otras personas, lo único que quería era llegar a donde estaba Aponia para ver que estuviera lista, y quizás desestrezarse un poco con ella.

          Tuvo que pasar por otros lugares antes de llegar con Aponia, revisó que la plataforma donde ella iba a estar estuviera lista y segura para que la cargaran, también revisaba su mapa de recorrido que había hecho semanas antes y sin olvidar, tenía toda una mochila con objetos de primeros auxilios, protocolo de la escuela. El día entero estaría concentrado en vigilarla y asegurarse que la rubia no pasara por ninguna dificultad. Luther se fue a buscarla por todo el edificio, necesitaba verla, saber que todo estaba bien y abrazarla, aunque no muchos profesores de ese lugar fueron de ayuda, muchos no sabían dónde estaba la rubia o simplemente no le respondían, lo que seguramente era por el odio que le tenían a la chica nombrada.

          Cuando finalmente logró localizarla, entró a aquella aula, viendo a un montón de chicas jóvenes rodeando a alguien y cuchicheando.

— ¡Ya casi terminamos, estás quedando hermosa! Oh, buenos días profesor Ivory — Contestaron algunas chicas al unísono sin dejar de trabajar.

— Buenos días chicas — Respondió el mayor con su voz seria de siempre, acercándose al cumulo de chicas.

          Notaba que todas las chicas, que eran mayormente alumnas de bachillerato, estaban ayudando a vestir a la maestra, ellas tenían más años viviendo aquella procesión que Aponia, por lo que la ayudaban. Decidió ignorar eso y sólo concentrarse en que iba a ver a la hermosa chica que él iba a proteger.

— Maestra Aponia, el profesor Ivory acaba de llegar —

— Gracias chicas. Hola Luther —

          La melódica voz de la fémina habló al mismo tiempo que las personas se alejaban de ella, dando espacio a que observaran como había quedado después de prepararla, dejando a Luther verla.

          Esa joven dama de cabellos dorados, como hilos de luz celestial, envuelta en un vestido blanco y azul pastel que caía en pliegues suaves y elegantes. La suavidad del tejido parecía fundirse con la luz. Su vestimenta, fluía con gracia sobre de su figura, creando un aura de modestia y devoción. El vestido se entrelazaba en patrones suaves, dejando varios detalles dorados brillantes como el oro ayudaran a relucir su presencia. La luz de sus ojos que se filtraba a través de aquel velo traslucido, creaba un halo tenue alrededor de su cabeza ayudado por los rayos de sol que se colaban por las ventanas, como si estuviera inmersa en una atmósfera sagrada. Su mirada, serena y profunda, reflejaba la santidad y pureza de su ser, se veía como una santa.

          Luther estaba allí sin palabras, farfullando algunas tonterías antes de callarse, observando a su compañera con sorpresa, no pudo poner sus pensamientos en palabras pues eran tantas ideas y sensaciones que su cuerpo se iba a volver un desastre. Ella era completamente impresionante y hermosa, le faltaban más adjetivos positivos para poder describirla. Había robado su mirada, sus grandes sentimientos y cariño para multiplicarlo por mil en unos cuantos segundos de solo verla, lo hacía sentir algo extraño hacia ella, algo que no era capaz de describir. El castaño nunca pensó en algo como esto fuera posible, pero ahí estaba Aponia, frente a él, haciendo todo real.

𝐌𝐲 𝐋𝐮𝐜𝐢𝐝 𝐕𝐢𝐫𝐠𝐢𝐧 | 𝘓𝘶𝘵𝘩𝘦𝘳'𝘴 𝘧𝘢𝘯𝘧𝘪𝘤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora