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⚠️ Advertencia ⚠️

Este capítulo contiene contenido sexual explicito. 


Aquel día no se volvieron a ver hasta que la hora de salida de los estudiantes, cuando ya no había ningún niño en la institución, simplemente los profesores y los trabajadores, Aponia quería regresar a su salón para quedarse a calificar algunas cosas, pero al pasar por la oficina de docencia, se quedó pensando unos minutos antes de decidir acercarse y tocar la puerta.

— ¡Tock, tock! ¿Puedo pasar? — Preguntó con una sonrisa, abriendo cuidadosamente la puerta para poder ser escuchada por el hombre.

          Luther estaba ocupado con el trabajo que estaba realizando en soledad hasta que escuchó a alguien tocando en su puerta, no esperaba a alguien, no tenía previsto alguna visita. Tampoco pensó que fuera la chica, pero no se molestó cuando la vio asomarse por el marco de la puerta, despegó su mirada de la computadora, mirándola fijamente esperar a que él le diera la orden de pasar, haciendo un movimiento con sus dedos.

— Ahora no dulzura... estoy ocupado — Aclaró, quitándose los lentes que traía, dejándolos en la mesa. — ¿Por qué no regresas luego, cuando realmente esté libre? —

          Se escuchó un quejido de parte de Aponia cuando escuchó a Luther pedirle que se fuera, pero ignoró su orden, entrando a su oficina con una sonrisa de complicidad, sacando de su bolsa una pequeña botella de té, dejándola sobre su escritorio junto con algunas otras cosas, siendo un gesto tierno que ella quería darle a su pareja para contentarlo, incluido un pequeño beso que le robó en el mínimo momento que le prestó verdadera atención. El inesperado beso logró hacer que dejara de trabajar, volteando a verla con algo de curiosidad antes de soltar una sonrisa igual de juguetona que tenía la más bajita, logrando que el hombre decidiera darle su atención.

— Sólo vine a despedirme y darte un pequeño besito — Explicó su visita como si estuviera justificando una mala acción.

— Qué manera tan rara de decir adiós. ¿Vienes a darme besos porque no puedes soportar estar lejos de mí? —

— Puedo darte un montón de besos, y mucho más. Pero creo que vas a sacarme de tu oficina antes de que lo haga — Aun con eso, Aponia se atrevió a robarle otro beso, esta vez con más pasión y cariño. — Te veías muy guapo hoy, y no quería irme sin decírtelo —

          El segundo beso lo hizo sentir sumamente bien, casi no tenía palabras para expresarse después de tan apasionadas muestras de cariño, Aponia estaba tocando terreno peligroso que, para él, sólo lo favorecía, estaba estresado y la atención de su novia lo haría sentir mucho mejor. Ella lo hizo aún mejor cuando le elogió su apariencia, admirando como se había vestido ese mismo día; Esas palabras fueron como miel para sus oídos.

— ¿De verdad estás tratando de coquetear conmigo? Porque, si es así, debería darte un premio por finalmente captar mi atención. —

          Dijo en un tono algo egocéntrico, mientras disfrutaba cada momento con ella. De hecho, apenas podía notar qué hora era debido a lo mucho que amaba cada segundo de su afecto. Aponia respondió a su pregunta, pero él no quiso escucharla pues la tomó del cuello para besarla con pasión, acercándola por la cintura para que esta se sentara en su regazo, compartiendo unas caricias fogosas entre besos, Luther simplemente decidió dejar de trabajar, tomando esa oportunidad para satisfacerse. Aquello duró varios minutos hasta que se separaron bruscamente por la falta del aire, jadeando sin dejar de verse.

— Creo que es mejor que te deje trabajar, cariño... —

— Ya que has venido, sería egoísta de tu parte irte tan pronto, ¿no crees? — Dijo con una sonrisa, apretando más su agarre en su cintura. — Después de todo, ¿quién más podría merecer tu atención como yo? —

𝐌𝐲 𝐋𝐮𝐜𝐢𝐝 𝐕𝐢𝐫𝐠𝐢𝐧 | 𝘓𝘶𝘵𝘩𝘦𝘳'𝘴 𝘧𝘢𝘯𝘧𝘪𝘤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora