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Ambos mantenían la mirada en el cielo, Naruto se confundía con todo lo que dijo Miso, pero entendía ciertas partes de su historia.

—Así que Ero-sennin era tu abuelo biológico. Es raro...

—Dímelo a mi. Nunca pensé que eso podría ser una posibilidad. —soltó una risa intentando aligerar el ambiente— Le pregunté de todo cuando lo encontré en su misión, pero luego Akatsuki nos atacaron y...

—Lo sé. —interrumpió el rubio— Me contaron lo que sucedió, pero jamás espere que estuvieras allí.

—Le dije a esa rana vieja que no le contará a nadie sobre mi presencia, yo me encargaría de los Pain. Pero veo que tu hiciste todo.

Golpeó su hombro, Naruto río bajo, aún no se acostumbraba que todos lo vieran como un héroe.

—Me alegra verte bien, te has vuelto fuerte, Nii-chan.

—Gracias...

—Pero no me esperaba el abrazo, casi nos caemos al suelo.

—¡Estaba preocupado! No supe nada de ti desde que salí de Konoha y al volver me entero de todo lo que sucedió.

—Si, ya lo imagino.

—¿Esta bien que estés aquí ahora? Quiero decir, la Aldea aún te busca por... ¡Es decir, tu no hiciste nada de eso! Pero ellos aun lo creen.

—Tranquilo, Nii-chan. Estoy escondiendo mi chakra, además, ahora todos los ninjas están concentrados en reconstruir Konoha.

—¿Piensas volver? Quiza podamos hablar con ellos y mostrar de alguna forma tu inocencia.

La castaña suspiro, apoyo sus codos sobre sus rodillas inclinando su cuerpo hacia el frente. Mostró un ligera sonrisa hacía su hermano.

—Estaré bien. Ya me estoy encargando de todo.

—¿De todo? ¿Que quieres decir? Miso...

De repente, ella frunció el ceño. Sus ojos viajaron a su derecha. Podía sentir el chakra de alguien acercarse.

(...)

—¡Konohamaru!

El Sarutobi aparto la mirada del bosque, giro la cabeza encontrando a su equipo ir hasta él.

—¿Que sucede, chicos?

—Debemos seguir ayudando con esas maderas. No podemos descansar ahora. —le recordó Moegi.

Konohamaru asintió.

—¿Estas bien?

—Vi a Naruto-nii-chan correr muy apurado hacia esa parte del bosque. Me pregunto si sucedió algo.

Su equipo dirigieron sus miradas al oscuro bosque.

—¿Me hacen un favor?

—¿Que cosa?

—¿Creen que pueden cubrirme un rato? No me tardaré mucho.

—¡¿Ah?! ¡No puedes huir del trabajo, Konohamaru-chan! ¡Oye!

La castaña fue ignorada por su amigo, quien se dirigió entre salto hacia el bosque. Moegi suspiro, pudo una mano en su cintura.

—Ese chico... nos meterá en problemas.

Mientras ellos volvían a su misión. El Sarutobi aceleraba el paso por donde creyó que el Uzumaki habría ido.
Al mismo tiempo, ambos hermanos Uzumaki seguían su charla. Hasta que Miso sintió el chakra de alguien acercarse.

Y todo se conecto.

—¿Miso, que sucede?

El Sarutobi se detuvo cuando escucho su nombre luego de tres años. Su cuerpo se había paralizado y su aliento paro un instante.

Uzumaki y SarutobiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora