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Miro la hoja en su escritorio, misma clase, misma tarea, lo único que la emocionaba eran las peleas que tenían como entrenamiento.

Le preocupaba Naruto a cada segundo.

《–Lo mejor será que vaya con el señor Guy.

–¿Segura, Miso?. Ya estas aquí.

–Descuide Ero-sennin– la Uzumaki palmeo su brazo –Estaré bien, además la academia ya casi esta reparada. Los dejaré a usted y mi Onii-chan para buscar esa mujer.

–Tengan cuidado. Guy, te la encargo.

–¡Se cuidarme sola!. No volveré a temblar, regresare y me volveré más fuerte. ¡Esos sujetos lamentarán haber intentado matarme!.》

–Mas fuerte...

De pronto un ninja entró a su salón para hablarle a Iruka por lo bajo, ella abrió sus ojos sorprendida al poder escuchar sus palabras con bastante claridad.

–¡Atención!. Lo siento, pero tenemos que terminar la clase antes de tiempo otra vez.

–¡Bien!– la mayoría festejo.

–Les dejo el ejercicio para hacer en casa.

Las palabras de su sensei los detuvo y empezaron a reclamar.

(...)

–Me alegro de que no hayamos tenido la clase de combate cuerpo a cuerpo– celebró Moegi.

–Pero últimamente muchas clases o terminan antes del mediodía o ni siquiera se dan– recordó Udon.

–¿Como seremos buenos ninjas si no tenemos clases?– siguió la Uzumaki.

–No se porten como un empollón– los regaño Moegi –¿Verdad, Konohamaru-chan?.

El Sarutobi miro la torre Hokage, Kotetsu y Izumo bajaban con las pertenencias del Tercer Hokage.

–¡Espera, Konohamaru!.

La castaña empezó a seguirlo escaleras arriba, cuando logró alcanzarlo este ya había pasado se ambos ninjas para entrar a la torre.

–¡¿El Quinto?!. ¡Que poco han tardado!. ¡Todos confiaban en el viejo hasta ahora!.

–¿Que... paso?.

–El nuevo Hokage fue elegido– explicó Kotetsu.

–¿De verdad?. ¿Ya llego?.

–Si. Estamos... guardando las cosas del Tercero.

–¡Pudieron ser más sensibles, idiotas!.

Empujo a ambos y siguió a Konohamaru de nuevo.

Si el Quinto fue elegido eso quiere decir que su Onii-chan ya volvió.

–¡Konohamaru!.

–¡No me llames pequeño!.

Cruzo la puerta y al segundo ambos fueron derribados por una tercera persona.

–¡¿Quien ha sido?!– grito el Sarutobi sobando su cabeza.

–¿Quien...?.

–¡Naruto-niichan!.

–¡Onii-chan!.

–Oh, ¿Konohamaru, Miso?.

La menor salto a sus brazos siendo recibida.

Uzumaki y SarutobiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora