Uzumaki y Sarutobi

025

Jamás pensó que le alegraría su castigo. Era lo mejor que pudo pasarle, bueno, primero fue encontrar un cupón de ramen gratis.

Pero era lo mismo.

Mantuvo su mirada en el símbolo marcado en el metal unido a la tela. Golpes en la puerta llamaron su atención, Naruto entró por ella con su característica sonrisa.

—¿Todo bien, Miso?

—Si. Solo.. la miraba.

—Te entiendo. —El Uzumaki apoyo la mitad de su cuerpo en la puerta— Me paso lo mismo cuando obtuve la mía. ¿Emocionada?

—Mucho. Jamás espere que la Hokage lo haría. Ni siquiera quiero usarla por miedo a dañarla.

—Bueno. Si no quieres dañarla.. —Su hermano se acercó quitandole la bandana y la ajusto en su frente— lo mejor será que lo uses ahí. Así sabrá donde esta siempre y no la perderás.

La castaña abrió sus ojos al no sentir más las manos de Naruto en su cabeza. Sonrío.

—¿Me queda bien? ¡Ah, Onii-chan, ¿por qué lloras?!

—¡Estoy tan feliz por ti, Miso!

—¡Onii-chan, no llores! ¡Me harás llorar!

Ambos hermanos se abrazaron derramando lagrimas como cascadas.
Sus llantos secaron cuando escucharon golpes en la puerta. Naruto se dirigió a la entrada y al abrir se encontró a dos Jounnin.

Izumo y Kotetsu.

—Venimos por Miso.

—¡¿Quien eres y por qué vienes por mi hermana?! ¡Ella no tendrá novio jamás! Menos alguien feo como tu.

—Soy Izumo, ¿no me recuerdas? Espera, ¿dijiste novio? —Las mejillas del ninja se pusieron rojas de la vergüenza e ira— ¡Claro que no!

—¿Entonces? —El Uzumaki alzó una ceja más confundido que antes.

—La Hokage la necesita. Así que aparta, niño. —Le respondió Kotetsu.

—¡¿Como me llamaste?!

Cuando quiso lanzarse sobre el shinobi, alguien salto sobre su espalda y casi cae al suelo.

—¡Ya me voy, Onii-chan! Deseame suerte.

—¡Espera, Miso! Aun tengo preguntas para este hombre, ¿acaso lo conoces? ¿Hace cuanto salen?

—¡No es mi novio!/¡No es mi novia, idiota! —gritaron Mino e Izumo avergonzados.

Naruto quiso gritar sobra cosas, pero los tres ya estaban lejos. Suspiro poniendo ambas manos en su cadera. Observo a su hermana darle la mano a ambos hombres y cuando giro la cabeza hacia uno, pudo ver una gran sonrisa en su rostro.

(...)

—¿Dice que voy a remplazar a alguien?

—Si. Por desgracia uno del equipo tuvo que irse... voluntariamente. Así que el equipo esta corto de miembros. Hasta nuevo aviso, tu tomaras su lugar. —ordenó Tsunade mientra veía unos papales.

—¡Entiendo, abuela Tsunade!

—¿Abuela?

—Quiero decir, Hokage. Bueno, si es todo, me retiro.

—¡Vieja Hokage!

Un chico entró al despacho pateando la puerta. Tenía la edad de Naruto, él se acercó a la rubia y golpeó el escritorio con ambas manos.

–¡Explíqueme eso de que fui destituido de mi equipo!

—Tal como lo escuchas. —Le respondió ella— Ya no eres parte del equipo 3. Así que retirate, Hiroshin.