Bajo su mirada hasta sus manos, alzó una ceja confundida por su repentina actitud.
Se volvió muy pegado a ella desde que salió del hospital, al principio su hermano le dijo que era por preocupación.Aunque empezaba a ser molesto. Al segundo de soltar su mano, él la llenaba de preguntas.
¿Por qué se soltaba?. ¿A donde iba?. ¿Que sucede?. ¿Estas bien?.
Ya hasta su mano empezaba a sudar.
–Konohamaru.
–¿Que paso?. ¿Estas bien?. ¿Te duele algo?.
–Mi mano suda mucho, y la tuya también.
–Oh, si, si. Lo siento.
Pudo respirar tranquila cuando fue liberada, limpio su mano en su ropa y siguieron caminando.
No tenía mucho que hacer hoy, las clases terminaron y por alguna razón todos los ninjas iban y venían.–¿Quieres ir a comer algo?. Yo invito.– sugirió el Sarutobi.
–En realidad. Iba a entrenar un poco, debo hacerme más fuerte para cuando sea ninja.
–Por supuesto, tienes razón. ¡Te acompaño!.
Ella suspiro rendida, creyó que iba a sacárselo de encima.
(...)
–Sabes. Puedes ir a tu casa o jugar con Udon y Moegi, quedarte allí mirando debe ser aburrido.
–No. Me gusta verte entrenar. Es decir...– sus mejillas se pintaron de rojo –no es que siempre te vea entrenar ni nada. Quiero decir, nunca te vi entrenar. No, no.
–Bien.
Cerro sus ojos de nuevo y unió sus manos sobre sus piernas.
–¿Que haces?.
Ella resoplo –Entreno el flujo de chackra, intento hacer algo nuevo.
–Entiendo.
La Uzumaki volvió a concentrarse, inhaló profundo y guió una parte de su chackra a sus manos.
–Por cierto. Quería invitarte-
–¡Konohamaru!.– abrió sus ojos y frunció el ceño –De verdad, necesito concentrarme en esto. No puedo perderé tiempo después de ser secuestrada por unos idiotas. Debo volverme fuerte para proteger a la Aldea.
Él sello sus labios ante sus palabras, se puso de pie y camino por el sendero que tomaron para llegar.
–¿A donde vas?.
–Te dejare sola, eso quieres, ¿no?. Búscame cuando termines.
–No, yo... Espera.
Fue ignorada por su amigo, ella suspiro rendida, al fin tenía su momento a solas, pero ahora se sentía mal por como le trato.
(...)
–Eres un tonto, Konohamaru. Era obvio que ella necesitaba espacio, ¿Acaso no piensas?.
El Sarutobi se regañaba a sí mismo por su comportamiento, estaba claro que la incomodaba, pero no era su culpa.
Bueno, más o menos, pero era porque estaba preocupado. Saber que tu amiga es secuestrada genera ese sentimiento y más cuando tu fuiste un tonto que no la ayudo.
Aun si ella volvió sana y salva, ese sentimiento no se iba muy fácil, estabas al tanto de todo, que hacía, a donde iba, como iba y con quien.Todo.
–Ahora seguro me debe estar odiando.
Se detuvo al escuchar ruidos en los arbustos, retrocedió al momento de ver a una persona vestida de naranja.
–Oye, niño, ayúdame.
–¿Que?. ¿Quien eres?.
–Eso no importa.– miro ambos lados –Ayúdame. Unos idiotas quieren matarme.
–¿Quienes?.
–¡Eso no importa!. ¡Debes esconderme en algún lado!.
Fue sujetado de sus hombros de pronto, Konohamaru empezó a entrar en pánico.
–¿Que esperas?. Llévame a tu casa o algo, niño. Esos idiotas no deben estar lejos.
El Sarutobi no tuvo otra opción más que asentir y guiarlo, qué podía hacer, era un hombre misterio y claramente fuerte.
Tal vez podría guiarlo a otra dirección, no, podría matarlo, además no había ningún ninja para pudiera ayudarlo.Quizá... No. No, no. Quería estar sola, pero ella era más fuerte, podía acabar con él en segundos.
Si. Si, eso.
–¿Ya estamos cerca, niño?.– el sujeto miro ambos lados.
–Si. Solo debemos pasar.. estos arbustos.
Se adentro al campo donde estaba su amiga, pero su idea se fue por el caño al ver el lugar vacío.
–¿Miso?.
–¿Que?. ¿Estabas con alguien?. ¡Me engañaste!.
–¡No!.– fue sujetado de su bufanda y levantado en el aire –Yo solo...
–Trataste de entregarme. Debería matarte aquí mismo.
–¿Konohamaru?.
Ambos vieron a la chica aparecer entre los árboles, en sus manos tenía una bolsa con papas y soda.
–¡Miso!.
–¿Esta niña iba a salvarte?. Que patético.
–¿Salvarte?.– frunció el ceño confundida –¿De que habla, Konohamaru?.
–Mira, niña.
–Mi nombre es Miso Uzumaki. No niña.
–Como sea, Miso. Estoy en problemas y necesito esconderme, y hasta no estar a salvo tu amigo no se irá.
–¿Hablas de él?.– paso su brazo sobre los hombros de su amigo.
–¿Que?.– miro sus manos y el Sarutobi había sido cambiado por un muñeco de trapo –¿Cuando..?.
–Vamonos, Konohamaru. Un tonto como él no merece nuestro tiempo.
–¡Oigan!. ¡Alto ahí!.
Sujeto el cuerpo del Sarutobi, pero al instante su propio cuerpo fue estrellado contra la tierra quitandole el aliento.
–No te atrevas a tocarlo de nuevo, ¿oiste?.
Cuando abrió sus ojos sintió su mirada penetrante, sus colmillos estaban a la vista y podía escuchar un leve gruñido.
–La próxima no me contendre y te arrancare la cabeza.
Se quito de encima suyo para tomar la mano de su amigo e irse, le había agarrado el hambre.
–Maldita.. niña.
–Vamos a comer, Konohamaru. Encontré un descuento en esta comida, vamos a tu casa.
–Hm.– el castaño asintió.
____________________________
Hola! Cuanto tiempooo. Que les pareció?
Ahora... que pasara?
Descubrelo aquí!
Sigan leyendo!
Kore!

ESTÁS LEYENDO
Uzumaki y Sarutobi
AcakAmigos porque su hermano era su rival en el puesto de Hokage. Tan mala como un gato peleando con un perro, alejando a todos excepto a su hermano, pero todo tenia una razón. Tenía algo en común con Uzumaki Naruto para que vivan juntos como hermanos...