Uzumaki y Sarutobi

031

¿Que tiene de bueno el rango?

Solo es lo mismo. Mismas misiones. No había mucha diferencia, hasta podría quedarse como Gennin.
Observo el objeto en sus manos un poco confundida, luego al hombre frente a ella.

—¿Que le paso a su cuerpo?

—No vine a hablar de mi. Te cite aquí para ofrecerte el puesto.

—Bueno... ¿Ya hablo con la abuela Tsunade? ¿Ella sabe de esto?

—No te preocupes por eso, ya hable de esto con la Hokage. Y no puso objeción alguna. Entonces, ¿aceptas?

Miso dirigió su mirada a la máscara en sus manos. Una máscara de gato, era bonita. Luego giro un poco la cabeza viendo su bandana ninja.

—¿Que tiene de importante ser Anbu? Es decir, solo hacemos más misiones.

—Haces misiones para proteger a tu Aldea. No es sencillo llegar a ser Anbu, niña. Deberías estar feliz de recibir este cargo, es una gran responsabilidad.

—¿Es más genial que ser Hokage?

—No tengo tiempo para tus tontas preguntas. ¿Aceptas o no?

—¿Puedo pensarlo? Prometo tenerle una respuesta antes de anochecer.

—Es un gran cargo, niña. Piénsalo bien.

Danzo resoplo. Miso se disculpo al hacerle perder el tiempo, el mayor desapareció de su vista y ella observo la banda de la Aldea.

—Anbu. ¿Le agradará la idea a mi Onii-chan?

(...)

Caminaba hacia do hospital con una bolsa llena de frutas. No podía esperar para ver a su equipo.
Quizá todos la veían extraña por llevarle comida a alguien que posiblemente no despierte, pero ella aún tenía esperanzas.

—¿Es ella?

—Si... Allí va de nuevo al hospital.

—No tiene vergüenza. Luego de lo que les hizo. La familia de esos chicos deben estar desechos por su culpa.

—¿Realmente quiere seguir siendo una ninja? Mírala.

Sus pasos se hicieron más lentos con cada frase que escuchaba. Volteo buscando a las personas, pero no pudo saber quienes fueron. La calle estaba llena de gente, pudo ser cualquiera.

Bajo la mirada hasta la bolsa de compras.

Quizá ellos...

—¡Miso! Al fin te encuentro.

—¿Konohamaru?

El Sarutobi llegó a su lado, recupero el aliento y le dio una sonrisa.

—¿Jugamos a algo? Podemos ir a mi casa, desde que te volviste Gennin no pasamos tiempo juntos.

—Lo siento, Konohamaru. Voy al hospital.

—¿Estas bien? —preocupado, pregunto buscando señales de heridas en la castaña.

—Le llego fruta a mi equipo. Cuando despierten seguro estarán hambrientos. Otro día jugamos.

—Oh. De acuerdo.

Ella se despidió del Sarutobi y retomo su caminar hasta el hospital.

—Dicen que ella es como su hermano.

—¿Un monstruo? No me sorprende, mi esposo me contó sobre su misión. Dice que por su culpa ahora su equipo podría morir.

—Deberían quitarle la banda ninja. No podemos tener a un monstruo protegiendo nuestro hogar.