Ella soltó una carcajada por el chiste del Sarutobi, este la vio embobado, para él su sonrisa era algo que veria todo el día.
Sus mejillas se pusieron rojas por el repentino pensamiento que tuvo, desvío la mirada antes que lo viera así.-Ya me dio hambre. Vamos a comer algo.
-¿Ramen?.
-Hm. ¿Que quieres comer tu?.- pregunto ella -Siempre decido yo que comeremos, esta vez dime tu.
-¿Te parece bien dangos?. El local no está lejos.
-Claro. Después puedes ayudarme a entrenar.
-¿De verdad?.- los ojos del Sarutobi brillaron -Daré mi mayor esfuerzo.
Ambos llegaron al puesto de dangos, mientras Miso pedía la orden Konohamaru esperaba afuera.
De repente vio un perro cerca, intento acercarse para acariciarlo, pero este se adentro a un callejón.-Oye, espera, amigo.
-¿Konohamaru?.
Miso salió del puesto con la bolsa de comida, miro ambos lados buscando a su amigo.
Busco su olor y lo siguió hasta un callejón, miro cada esquina, pero no había nada.-Konohamaru. ¿Que?.
Bajo la cabeza al sentir ese olor metálico característico de la sangre, su pupila se afilo al momento de sentir otro olor.
-¡Konohamaru!.
(...)
-¡Sueltame!. ¡Ayuda!.
-¿Crees que podría irte así sin más con esa niña?.
Konohamaru fue amarrado de pies a cabeza y colgado en una rama sobresaliente de un acantilado, este empezó a temblar al ver hacia abajo.
-Nadie me golpea de esa forma y sale ileso. Cuando tu amiga venga a salvarte caerá en una emboscada.
-¿Emboscada?.
-Varios de mis subordinados están escondidos cerca esperando para acabar con esa niña. La traerán aquí y verá como te dejo caer desde este acantilado. Así que no te muevas o estropearas todo.
El castaño ignoro su orden y empezó a sacudirse tratando de liberarse, si lo lograba podría escalar acumulando chackra en sus pies, ya lo estuvieron viendo en la Academia.
Pero primero debia liberarse de esas sogas. Solo debía concentrarse.
-¿Hm?.- el prisionero levantó la cabeza al escuchar una explosión no muy lejos de ellos -Oh. Mis hombres ya empezaron a actuar.
-¡Miso!.- grito preocupado Konohamaru.
-¡Señor!. ¡La atrape!.
Uno de ellos regreso con la niña en brazos inconsciente, dejó caer su cuerpo al suelo sin importarle si se lastimaba.
Él sonrío y miro a la castaña con múltiples heridas.
-Hubiera sido mejor que estuviera despierta, pero esta bien. Buen trabajo.
Levantó a la niña de su ropa y la acercó al acantilado mostrándo su cuerpo a Konohamaru.
-¡Miso!. ¡Sueltala, maldito!.
-Como gustes. Tu lo pediste.
-¡No, Miso!.- bajo la cabeza cuando el cuerpo de la chica empezó a caer -¡MISO!.
De repente su cuerpo desapareció en humo sorprendiendo a ambos.
-¡¿Que?!. ¡¿Que significa esto?!.- miro a su subordinado.

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Uzumaki y Sarutobi
De TodoAmigos porque su hermano era su rival en el puesto de Hokage. Tan mala como un gato peleando con un perro, alejando a todos excepto a su hermano, pero todo tenia una razón. Tenía algo en común con Uzumaki Naruto para que vivan juntos como hermanos...