Uzumaki y Sarutobi

026

Pasaron varias semanas desde que empezó sus misiones como Gennin. Su Equipo era genial, tenían aventuras, comían juntos y entrenaban. Tenían una gran reputación, destacaban en las misiones de rango D y C.

Aunque su experiencia no llegaba para hacer las de B, A o S.

Ahora terminaba de preparar su bolso de viaje, su equipo tendría otra misión de rango D. Segundo la Hokage, era escoltar a un mensajero que le entregó papeles de la Roca.

—¿Listo equipo? —Masashi observo a sus niños. Estos asintieron.

—¿Y el cliente, sensei? —Miso pregunto con su brazo arriba.

—No me lo creo.

Los cuatro voltearon al escuchar una voz masculina. Alto, cabello blanco igual que su larga barba, ropa oscuras y una mochila en su espalda.

—Díganme que esa niña no será parte de mi escolta. —Él apunto a la menor de todos.

—¡Miso Uzumaki a sus órdenes, señor cartero!

—Debe ser una broma. Esta niña no puede estar en su equipo. Mírenla, podría derribarla con sólo soplar.

—¡Miso, alto, no!

—¡No ataques al cliente, Miso-chan!

—¡Traigan agua!

(...)

Si las miradas mataran, el cliente estaría por su quinto funeral. Miso lo veía con el ceño fruncido, ella sabía que él la veía desde que empezó el viaje, pero no le importo. Seguía mirándolo con odio.

—Entonces. Podríamos descansar en la pradera, no está muy lejos. —Kaito observo el mapa en sus manos.  En el grupo, él era el mejor guía, con o sin mapa.

—Si descansamos una hora, llegaremos a la Aldea en la mañana. Eso sí no paramos por ir al baño o comer.

—¡Yo quiero comer! Traje ramen para todos.

—Bien. Entonces descansamos una hora y comemos. Sería el mismo resultado. Aunque podremos descansar más adelante. Entonces llegamos a la Roca mañana al anochecer.

Daichi. Era bueno en matemáticas, era brillante y podía calcular lo que fuera con el tiempo. Si lo hubiera conocido antes, él la hubiera ayudado con la tarea de Iruka.

—Bien. Vamos equipo, terminaremos esta misión pronto.

Y luego estaba su sensei. Masashi, él... era su sensei. Siempre les daba palabras de aliento. No hay mucho que decir, es un Jounnin y es popular entre las mujeres.

Pero, aunque no se lo diga a su equipo, Miso era su favorito. Razón. La ayuda con mujeres, ellas no ven como un hombre protector y tierno.

—Escuchen, niños. Más vale que hagan bien su trabajo. Su reputación depende de mi.

—¡¿Como-...

—Lo entendemos, señor Taiju. —Masashi evito que la Uzumaki le gritara.

—Por cierto. ¿Como esta tu hermano, Miso? —pregunto Daichi.

—Mi Onii-chan esta bien, ayer entrenamos juntos por primera vez. ¡Él es muy fuerte y genial! Cuando crezca quiero ser como él y hacer muchas misiones y ser Hokage.

—¿Quieres ser Hokage?

—¡Si! Pero después de mi Onii-chan. Él será el Sexto y yo la Séptima Hokage.

—¡Te deseo suerte, Miso!

—Hokage. Que absurdo...

Las cejas de la chica se fruncieron ante lo dicho por Taiju, ella se adelanto varios pasos y quedó frente al mayor, quien se detuvo por inercia.