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Ubicación actual Washington DC Año 2018
—¡Esto es estúpido! —grito Waller al ver los resultados en el último informe en que se dió a conocer que no había rastro de Pamela—. ¿Qué hay de Stark? —pregunto mirando a sus agentes— ¿Él si tiene algo?
—Esta más perdido que nosotros —revelo Michaels—, no hay forma de localizarla.
—Maldita sea —exclama la morena—, no puede ser que en estos meses, nadie pueda rastrear a una persona con semejantes características. ¡Es la puta sobrina de Stark!
—En lo que a mí respecta señora —agrega Diggle—, eso es una ventaja y desventaja para ella...
—Explícate.
—Nadie puede negar que los Stark siempre llaman la atención y claramente Pamela tiene una belleza inigualable y esa es una ventaja, puede optimizar cualquiera que la conozca, entonces, al ser sobrina de Stark no solo llama la atención si no que al igual que su tío —dice él—, puede que tenga enemigos.
Tanto su esposa como la directora de ARGUS lo ven al comprender lo que dice.
—Al tomar el liderazgo de La Liga de Asesinos, supongo que eso traerá a personas que la odiaran. Y si los encontramos a ellos puede ser que nos lleven a ella ¿No creen?
—Es una teoría viable —dice Michaels—, ¿Pero si nosotros no la encontramos como lo harán ellos?
—Son delincuentes, entre todos se cubren pero siempre hay la excepción. Siempre hay uno más débil...
—Y es el que hablara —dice John al darle la razón ala directora Waller.
Un par de golpes sobre la puerta hizo que todos dentro de aquella sala mirarán a la misma dirección.
—Ha llegado esto para usted —dijo un hombre de estatura media.
—¿Lo han revisado antes? —pregunto Michaels con desconfianza.
—Si señora, ya pasó por todos los chequeos necesarios y está libre.
Waller recibió aquel paquete de manos de su mejor agente y aunque está no apartaba la mirada, Waller se tomo el tiempo necesario para ver con detenimiento el sobre.
—Actualmente nadie sería tan estúpido como para enviar una bomba en un sobre —comento Amanda.
Con sumo cuidado ella abrió el sobre de dónde solamente había una hoja.
—Pero...
Al tomarla entre sus manos la expresión de la directora cambio.
—Es una carta de Pamela.
—¿Qué?
—¿Qué dice? —pregunto Felicity, quien hasta el momento se había mantenido en silencio.
