¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ubicación actual Ciudad Starling Año 2018
+18
Pamela
Acariciando levemente mis muslos, Oliver suspiro sobre mi intimidad y me resulta imposible no pensar en que quiero que ya esté sobre mí. Haciendo presión con su pulgar sobre mi clítoris mi cuerpo se estremece.
ȃl sabe lo que hace.
Mis ojos se cierren por completo cuando él mete sus dedos en mi, subiendo y bajando lentamente por mis pliegues mientras juega aún con mi clítoris.
—Dios...
Sus caricias son suaves y lentas, tanto que me piden suplicar por más, necesito que calme el calor que está produciendo en mí, confío completamente en que todo terminara bien para los dos, se que Oliver está disfrutando tenerme así, temblando por su toque, me froto sin cuidado en sus dedos tratando de sentirlo más pero Oliver me inmoviliza.
Algo dice pero no logro entenderlo ya que en cuanto introduce uno de sus dedos mi cabeza da vueltas como si fuera un reguilete. La respiración se me dificulta cuando siento la leve presión en mi clítoris y comienza a bombardearme con su dedo mientras con el resto acaricia mis labios vaginales, me siento tan mareada, Oliver acapara toda mi atención.
Toca, acaricia y marca su andar atreves de mi cuerpo.
Estoy tan perdida en su caricias que me cuesta pensar en que no somos los únicos en la mansión. Tal vez ya escucharon mis gemidos.
—Más... —no sé si lo dije bien pero mis jadeos resuenan en toda la habitación, Oliver toca partes de mi como si no fuera la primera vez que lo hace, haciéndome sentir tan bien, tan llena, tan suya, me estoy volviendo loca por sentirlo dentro.
ȃl sabe lo que hace.
En definitiva sabe lo que hace y me tiene rendida ante su voluntad, el bombeo de su dedo se vuelve intenso cuando introduce otros dos, mi alma literalmente abandona mi cuerpo y me siento en la gloria.
Mis gemidos se intensifica y las paredes de mi intimidad se contraen con cada tacto, una ola de placer sacude cada extremo de mi cuerpo, haciéndome explotar gritando su hombre tan alto que creo que toda la ciudad me ha escuchado y es que, la casa se encuentra a unos 10 kilómetros de ella.
Oliver se aleja al retirar sus dedos de mi haciéndome jadear de sorpresa, lo miro confundida desde mi lugar y siento flaquear ante su inclinamiento, él sonríe antes de besarme y de volverme a la cama.
Sus manos estaba sobre mis caderas y puedo sentir su miembro rozar entre mis piernas, todo en mi tiembla, las caricias y besos de Oliver calientan de nuevo mi cuerpo y necesito tenerlo aún más cerca.
