Capitulo #18

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Tierra 3

Ubicación actualCiudad StarlingAño 2018

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Año 2018

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Pamela no pudo terminar, porque en ese momento, los labios de Oliver se estamparon sobre los suyos de manera furiosa, borrando toda posibilidad de pensar y mucho menos de hablar.

Su boca se movió de forma insistente sobre los de ella, firmes, sin una sola gota de piedad, mostrándose como amante y no como uno comprensivo en lo más mínimo.
Oliver sabía que esta no debería ser la forma en que debía demostrar sus sentimientos. Pero el tan solo pensar que algo le pasaría, lo volvía loco.

Oliver, de golpe cortó el beso para poder mirarla. Se veía aturdida, con sus hermosos ojos verdes abiertos de forma desmesurada.

—No soportaría perderte —murmuró sobre su boca.

Pamela era una mujer inteligente y aún así parecía no entender del todo qué significaba ese beso.

»Pamela era medusa.

—Oliver... —jadeo al tenerlo tan cerca y sentir sus manos sobre su cintura.

Pamela tenía el impulso de llevarse los dedos a los labios para tocarlos como si no creyera que eso había sucedido.

Él entonces la besó de nuevo, acercándose con fuerza para sentir sus maravillosas curvas.

—Vuelve a repetir mi nombre de esa manera y no responderé —dijo luego de besarla por segunda vez—. ¿Quieres saber la verdad? Soy un idiota al negar cada día lo que siento por tí. Por qué te has convertido en lo que a diario quiero ver aún cuando me saques de mis casillas... Quisiera tener un castillo y llevarte a él para que jamás nadie pueda hacerte daño, porque preferiría morir ti...

Al verlo a los ojos Pamela se dió cuenta que él no mentía.

Oliver la sostuvo con fuerza contra su cuerpo, como si alguien fuese a quitársela en cualquier momento y para siempre. Su piel se sentía cálida en las palmas de sus manos, quemaba inclusive, aún con la ropa que llevaba puesta, separándolo de tocarla como en realidad quería. Cómo había soñado.

Tomando de nuevo la iniciativa, volvió a besarla. Y se dió cuenta que sus labios eran tiernos, suaves, hechos para ser besados, tal como se lo había imaginado, Oliver poco tardó en darse cuenta de que era incapaz de parar. Se sentía bien y  excitante, como si ella estuviese hecha para él, pese a que en su momento la simple idea le resultara absurda e hilarante.

»Ella aún piensa en Steve.

Sus manos quemaban por abrirse paso a través de su ropa para poder tocar su piel directamente y si bien Oliver trató de ponerse un autocontrol, porque lo último que quería era asustarla.

MI REALIDAD®.                                              (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora