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ara ser exactos este capítulo está ubicado luego del encuentro entre Bruce y Pamela.
Ubicación actual; Nueva York. Año 2019.
Luego de despertar un poco aturdido comprobó que en su pequeño departamento. Pamela tenia la destreza de regresarlo a casa sin que él pudiera darse cuenta de algo.
Aunque siempre se cuestionaba que tipo de suero le inyectaba para que el otro sujeto no se diera cuenta y pudiera verlo con seguridad. Después de sacar un poco de sangre para analizar y comprobar que tenía en ella noto que su teléfono tenía un par de llamadas perdidas de Steve.
—Bruce —dijo Steve al contestar la llamada que Banner le regreso—, ¿Estás bien?
—Estaba dormido —mintió— ¿Porque? ¿Paso algo?
—Es mejor que vengas al complejo.
Rogers era demasiado precavido y obviamente no le daría información por teléfono, así sin más, Banner salió de la oficina con rumbo al complejo. Se sentía incómodo sabiendo lo que pasó con él luego de su enfrentamiento con Thanos pero también sabía que si Steve lo llamó es por algo serio.
40 minutos después, Banner llegaba a la sala de juntas. Natasha lo recibió con un semblante serio, para Bruce fue fácil deducir que algo había molestado a la pelirroja.
—Bruce llegaste —dice Steve al entrar a la sala junto a Stark.
—¿En qué puedo ayudar?
—Hace unas horas recibimos un correo, dicen que Pamela colocó dos explosivos en Ciudad Starling —comenta Steve.
—¿Espera qué?
—Nadie sabe la ubicación de los artefactos pero, son muy peligrosos.
—Pamela no lo haría...
—¡Por favor Bruce! —le grita Romanoff—, no puedes estar igual de ciego que ellos.
—Solo digo que me resulta imposible pensar en ello, ¿Qué ganaría Pamela con eso?
—Generar miedo. A Pamela le gusta dominar y manipular a las personas.
—Eres tú la que tiene miedo de ella —le asegura—, la consideraste solo era la sobrina de Tony y por ello la descartaste como posible amenaza, pero ahora que a demostrado de lo que es capaz te atemoriza no saber cómo y cuando atacará.
Bruce pudo ver el miedo en los ojos de Natasha y comprendió que no solo era por ella, si no por alguien más.
Sintiendo verdaderamente como sus esperanzas se caían continúo: —Lamento que no hayas podido salvarlo.
