Gilmore Girls || Logan Huntzberger

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[ DE FIESTA ]

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Logan

Baje de mi auto, tome los dos ramos de flores y camine a la puerta de la gran casa a la que había llegado.

Tras unos segundos después de hacer sonar el timbre, la puerta fue abierta por una señora.

–¿Joven Huntzberger?– asentí. –Pase, permítame tomar su abrigo.

–No es necesario, es una visita rápida.

–De acuerdo. La joven Mikayla aun no baja, puede esperarla en la sala.

–Bien, gracias.

–¿Desea tomar algo?

–Estoy bien– la señora se fue, camine a la sala tomándome con Anastasia, la abuela de Mikayla. –Buenas noches.

–Logan, querido, que gusto tenerte en la casa– se acercó a saludarme. –¿Y esas hermosas flores?

–Estas rosas son para usted– le entregue el  ramo. –Mimi me mencionó que son sus favoritas.

–Son hermosas, gracias. No estaba enterada que mi nieta saldría contigo, pensé que se vería con las chicas. ¿Tendrán una cita?

–El día de hoy no, saldremos de fiesta a un club junto con más amigos. ¿Le molesta?

–En lo absoluto, confío en que me la cuidas.

–Se lo prometo.

–Entonces jovencito, ¿ya son novios?. No quiero sonar como una entrometida pero me preocupa mi nieta y me gustaría saber en qué situación está, la veo muy contenta y emocionada.

–Oficialmente no Anastasia, pero tengo planeado hacerlo oficial muy pronto. En la semana estuve muy ocupado y no se dio la situación. Creo que ambos estamos de acuerdo que esta noche tampoco es la ideal.

–Mi nieta y mi nieto son mis más adorados tesoros.

–Lo sé, Mikayla se ha vuelto un tesoro para mí. No le aseguro que la relación será perfecta, ya que jamás estuve en una pero le aseguro que daré el máximo para hacerla feliz y cuidar de ella.

–No lo pongo en duda. Desde que eras amigo de Emiliano, siempre le mencioné que los tenía que presentar, sabía que formarían una linda pareja. Sin embargo, Emiliano es tan celoso que no lo permitió.

–¡Abuela! Deja a Logan tranquilo– decía Mikayla bajando las escaleras.

–No levantes el tono de voz, es de muy mala educación.

–Lo lamento, pero mira lo incómodo que lo tienes– se acercó a mí, le extendí las flores. Ella las tomo y beso mi mejilla, susurrándome. –Gracias.