Capítulo 61

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Joven iluso y estúpido, pero de buen corazón.

Incluso si su familia lo presiona indirectamente, él sabe que no tiene otras obligaciones solo ser un buen servidor para su familia. Sonrisa amable y cálida, pero él no quería eso o más bien no sabe exactamente que quiere.

¿Lleno de amor? Bueno, nunca le falto nada, pero ¿amor? Creyó conocerlo.

Se había enamorado de un chico, amaba a ese chico. ¿Qué tanto? No lo sabe, eso le asustaba.

Se había enamorado de ese chico, mirada retadora y amenazadora que pocas veces se suavizaba pero lo amaba. Ojos únicos, llenos de vida y ambición, ante esos ojos se podía ver reflejado con amor, el ceño fruncido que sabe que es un aviso que esta molestando con su presencia. Soltó una risita dulce.

-A-Cheng, eres tan lindo. - frete a él, las mejillas se habían teñido de un rosa. Adora cada expresión de aquel chico quesquilloso.

¿Un abrazo se puede sentir así de cálido?, ¿por qué le encantaba el aroma contrario?, le asusta y aún así sigue estando con la persona que amaba. Un poco más joven ¿estaba bien?.

Su familia lo había aceptado, amado y respetado, todos lo hacían, sus amigos hablaban de él como una maravilla. Él creía que lo era.

Solo bastaba un toque para qué se sintiera completo. Un roce para que sintiera una corriente eléctrica recorrer su cuerpo, al tomar su mano sentía el amor genuino de aquel chico. ¿Ésto era amor?.

No siente esas mariposa de las que se hablan simpre pero siente calma, puede reírse, ser un poco él mismo. Recuesta su cabeza sobre aquel hombro delgado y pequeño inhalando el aroma que desprende su pareja, lo escucha sin decir nada y como método de consuelo, acaricia el dorso de su mano con su pulgar. Amable y simple, cálido pero sin sofocarlo, era tan refrescante. Simplemente no se siente merecedor de aquella persona.

Todos lo amaban, ¿qué pasa con él?. Quiere compartirlo y decirle al mundo lo maravilloso que era.

¿Qué paso ese día? Sus ojos suplicaba qué lo escuchara, ¿qué paso con el joven que le decía que lo amaba?, ¿Nunca lo amo?, ¿por qué pareciera estar dolido?.

Nadie lo escucho, sin embargo todos se pusieron en su contra. Sin explicación sitió asco sobre si mismo, ¿no lo amaba?, ¿era imperfecto?, ¿lo había saturado por sus fuertes emociones?. Por supuesto, lloro, lloro al punto de desmayarse. No tenía oídos para nadie, fue cruel pero no sentía emocionalmente estable.

Nadie lo comprendía exactamente, su familia lo apoyaba y le decía que hacer ante esta situación. Tenía la opción de escucharlo, su pobre corazón le suplicaba qué oyera la otra versión para saber en que había fallado, sin embargo su mente quería escuchar a todos aquellos que le daban consejos. Tal vez él era poca cosa, tal vez se había cansado de estar con él, tal vez solo era uno más.

Dolía, y trato de seguir adelante, siendo como una "víctima" de alguien muy oscuro. Tonto, sentía toda esta situación tonta y ridícula. Quería verlo, aún lo amaba, ¿lo amaba?, se suponía que las personas que se aman se tienen confianza y se escuchan, había fallado patéticamente en esas dos cosa tan simples. Se rindió tan fácilmente.

Hablaba de él pestes, ¿cómo se atrevían?, ni siquiera él sabía por que todos lo odiaban, era un estúpido. No se atrevía hablar por que todos creían que era solo un engañado. Víctima, víctima. Creyó estar bien y seguir como si nada hubiera pasado, como si nunca se hubiera enamorado. Nunca pudo aceptarlo completamente.

Es cierto estaba intentado tratar de salir con otras personas pero nunca encajaba. Se sentía tonto. Tantas personas y ninguna le agradaba.

Cuando la verdad salio el solo quería vómitar, todas sus emociones guardadas solo salieron a flote por arruinar su vida, por no hablar, por no expresarse y por seguir solo siendo una estúpida marioneta, incluso siendo solo un cascarón.

Solo quería ser él, ¿a qué se refiere?.

El se sentia tan vacío, tan distante de él como si fuera en piloto automático. Es cierto, solo amo a una persona, sintió una conexión inestable por su parte. Había fallado en la única cosa que creyó que seguiría a futuro.

Solo quería tener esas tardes en las que salían naturalmente, sonrisas, tiernos besos y un calor cálido qué solo WanYin tenía. Tener eternos abrazos en donde su corazón se sentía extrañamente, completo.

Era egoísta, tenía sueños, en donde oía las campanas de la iglesia, viendo lo espectacular que era su futura pareja. Pero nunca logró ver su rostro. Se sentía un idiota por anhalear aquellos amores inexpertos y que daban todo por la otra persona, así como en las películas, insensibles a otras personas y amando a su verdadero amor. Xichen no podía hacer eso, no podía dejar a su familia inexplicablemente, no podía botarlo, dudaba de absolutamente todos.

Se sentía falso al escuchar otra versión de él. Amable, caballeroso, sincero y buena persona. En realidad solo era un idiota desconfiado y que tomaba decisiones en base a los intereses de otras personas sobre los suyos.

Su mente siempre estaba en otro lugar cuando estaba con otras personas, pero cuando estaba con WanYin solo se centraba en él.

El sol reflejado en sus ojos luciendo como un mágico espejo y una tenue sonrisa. Si, difinitivamente amaba sus brazos, sus dudas estaban encerradas en una caja cuando sentía los brazos contrarios rodear su cuello. La suave caricia qué sentía en su nuca y que ascendia hacia su mechones de pelo, poco a poco, caricias que eran tranquilas y sin prisas, trazando círculos invisibles, tan calmadas.

Su alma se sentía tranquila, lista para morir entre el aroma y el toque contrario. Sus pasos siempre están al compas, belancenadose de un lado a otro, las respiraciones normales y sintiendo la subida y bajada del tórax de cada uno. Esta vez no sonríe y simplemente baja.

Se encerraba en el hueco del cuello, apartaba el cabello a un lado para estar al contacto con la piel disfrutando el aroma que era más calmado y menos fuerte. Relajante para él. Las caricias seguían tranquilamente siguiendo su habitual camino de siempre, adora estos momentos. Su brazos también rodean el cuerpo del otro, entre la cintura y abajo de las costillas. Dulce, dulce.

Solo quiere que estos momentos sean eternos, sin dudas, sin preocupaciones, sin personas que alimente sus dudas. No quiere escuchar a nadie. Se separa sin romper el abrazo, solo para observar el rostro contrario. Una sonrisa tierna adorna el rostro de su pareja, acaricia su mejilla con sumo cuidado y comienza a repartí sueves besos en el rostro. Frente, ojos, mejillas, nariz y por fin llega hasta los labios en donde se detiene. La anterior sonrisa se había ampleado, él también sonríe en sus adentro, son lentitud toma sus labios, suaves y sedoso.

Deja su mente, cuerpo y alma en aquellos labios por primera vez, y solo deja sus preocupaciones sobre si, no envenera ni machar a Jiang Cheng.

Más allá de las nubes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora