capítulo 18

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El relicario maldito de Sukuna y el Sufrimiento Múltiple de Yorozu chocaron en un espectáculo de poder y caos. Una barrera oscura se formó alrededor del relicario de Sukuna, encapsulando el enfrentamiento entre las dos técnicas dentro de un espacio limitado.

El dominio de Sukuna, el Relicario Maldito, era diferente a otros dominios. En lugar de dividir el espacio con una barrera física, manifestaba su dominio interno de una manera única. Era como pintar en el aire sin un lienzo como soporte, una obra maestra divina de control absoluto.

Cuando el dominio se activó, no solo afectó a todo lo que estaba dentro de un radio de 200 metros. Edificios, civiles, hombres, mujeres, niños y ancianos fueron cortados y destrozados instantáneamente por el poder desatado del relicario maldito. La devastación se extendió rápidamente, dejando a su paso un rastro de destrucción y muerte.

Mientras tanto, dentro del dominio, Sukuna y Yorozu continuaban su intensa batalla, cada uno decidido a salir victorioso. La energía se arremolinaba a su alrededor, mientras sus técnicas chocaban una y otra vez en un duelo que determinaría el destino de la ciudad y de sus habitantes.

El caos se desató en el radio de 200 metros alrededor del dominio de Sukuna. Civiles inocentes fueron cortados y despedazados sin piedad por el poder destructivo del Relicario Maldito. Los cortes continuaron, implacables, mientras la barrera oscura se cernía sobre la ciudad, sembrando la muerte y la destrucción a su paso.

Mientras tanto, dentro del dominio de Yorozu, la presión de los ataques de Sukuna comenzó a hacer mella en la barrera que lo protegía. Los cortes penetraron la defensa de Yorozu, debilitándola con cada golpe. Con un estallido ensordecedor, la barrera de Yorozu se desintegró, dejando a la demonio expuesta a los cortes despiadados del Relicario Maldito de Sukuna. Yorozu había perdido el duelo de expansiones. Sin la protección de su dominio, estaba a merced de los ataques de Sukuna, cuya determinación y poder parecían imparables.

La llegada de los cazadores de demonios a la ciudad fue recibida con horror cuando presenciaron la devastación causada por el dominio de Sukuna. Un valiente cazador intentó ingresar a la ciudad, pero antes de que pudiera dar un solo paso, fue despedazado sin piedad por los implacables cortes del Relicario Maldito. La escena dejó a todos los presentes atónitos, congelados por el terror y la incredulidad.

_¡ Alto detenganse no avancen más o podremos morir!_ diría Uzui, a uno de los cazadores quiénes al ver cómo su compañero fue despedazado inmediatamente sin dejar absolutamente nada, salvó un rastro inmenso de sangre.

_ ¿Que sucede en está ciudad?... Eso es una ¿técnica de sangre?... Jamás había visto algo así _ diría rengoku, mientras observa como los cortes hacían pedazos cada estructura de la ciudad y observa con impotencia.

_ ¡Qué horror.... Esto es una pesadilla... Es horrible!!_ diría Mitsuri viendo el shock como la ciudad era destruida y sin poder hacer algo al respecto.

Rengoku, con una expresión sombría, apretó los dientes ante la cruel realidad que se les presentaba. La situación era más grave de lo que habían anticipado, y la presencia de un Demonio desconocido representaba una amenaza mortal para todos los presentes. Con determinación en sus ojos, Rengoku sabía que debían actuar con rapidez y valentía si querían detener la masacre y proteger a los inocentes atrapados en medio de la batalla. Pero no podría hacer nada, mientras esos ferozces cortes seguían azotando la ciudad sin piedad alguna. Por otro lado, otro grupo de hashiras que habían llegado se encontraron con la misma escena estaban impotentes de lo que estaban presenciando.

Varios cazadores intentaron ingresar a Nagasaki y fueron despedazados, frente la presencia de los hashiras con quiénes habían venido y vieron impotentes la muerte de sus compañeros.

_ ¿ Que mierda está pasando?_ diría Sanemi en shock, al igual que sus compañeros pilares que estaban desde el otro extremo de la ciudad se sentía impotente y furioso.

_ Parece que esta cortando... Una zona en específico... Esto es horrible_ diría shinobu, quién se había encontrado también en el camino con Sanemi. Mientras por otro lado en el otro extremo de la ciudad, gyomei salvó a tokito justo a tiempo, quién distraídamente estaba por ingresar en el dominio, pero con una intervención rápida el pilar de la roca salvó a tokito muichiro y detuvo a tiempo a todos los cazadores que por poco ingresan al dominio de sukuna.

_ Esto no puede ser.... Esto debe ser obra de Muzan _ diría apareciendo Iguro al lado de gyomei. Mientras veía la destrucción que causaba el relicario maldito. Con gran pesar y impotencia Iguro observó cómo un grupo de civiles inocentes fueron masacrados por los cortes incesantes, quienes gritaron de horror, pero de un instante a otro los gritos de horror cesaron.

_ Rezaré por sus almas desafortunadas_ diría gyomei, mientras unas lágrimas caían de sus ojos blancos por la ceguera. Gyomei se sentía impotente no podía hacer nada para salvar a los civiles solamente podía rezar por ellos _ Lo siento.... Lo siento _ diria murmurando el pilar más fuerte.

Sukuna, con la victoria asegurada desactivó su dominio y se acercó triunfante a Yorozu, quien yacía inerte en el suelo, sus extremidades despedazadas por el cruel poder del Relicario Maldito. La demonio miraba débilmente a Sukuna, su antiguo señor, mientras este se acercaba lentamente. Los pensamientos de Yorozu se dirigieron hacia su hija, y en un susurro moribundo, pronunció el nombre de Aria.

_ Aria..._ murmuró débilmente una Yorozu, Mientras las imágenes de su pequeña hija venían a su mente. Recordando incluso el día en el que ella había nacido.

Sukuna, con una sonrisa burlona, observó a la demonio derrotada, saboreando su victoria sobre la que alguna vez fue su subordinada. se inclinó con respeto frente a Yorozu, reconociendo su valentía y fuerza en la batalla.

_Tu hija estará bajo mi protección. Nadie le hará daño, puedo prometerte eso. Estuviste increíble, Yorozu. Eres fuerte, diste todo de ti. Descansa, poderosa Yorozu_ diría sukuna dandole estás palabras de respeto a Yorozu, quién su débil mirada chocó con la del antiguo rey demonio.

Yorozu, aunque debilitada y al borde de la muerte, escuchó las palabras de Sukuna con una mezcla de sorpresa y resignación. En su último momento, con sus ojos cerrándose lentamente, reflexionó sobre su vida y sus seres queridos.

" El finalmente me reconoció... Pero me siento realmente vacía... Yo ya había encontrado el amor y la felicidad. Aleksandr, Aria, los llevaré siempre en mi corazón"_ diría Yorozu en su mente y con gran pesar, ya que recordó todo lo bueno que le pasó en la vida al lado de su amado Aleksandr y sobre todo la vida que juntos habían creado, su preciosa hija Aria. Con esos pensamientos, Yorozu dejó este mundo, llevando consigo el peso de su lucha y el amor por su familia.

Mientras tanto, un joven de cabellos colorados quién se encontraba en una trinchera luchando una guerra en el que lo habían convocado. Está estaba sentado con su rifle en mano, sintió algo húmedo caer en su mano. Cosa que su compañero lo noto.

_ Oye... Aleksandr.... Que te sucede?_ preguntó un compañero a su camarada.

_ Estoy... Llorando... Pero porque.... No lo entiendo _ diría Aleksandr, mientras las lágrimas en sus ojos no paraban de caer. Al mismo tiempo en la ciudad de Nagasaky en las afueras, estaba Aria durmiendo, quién se había destapado y empezó a sentir el frío de la noche, pero en eso una mano se extendió y la cubrió nuevamente con sus mantas y depósito un beso en la frente de la niña.

_ ma... mamá _ diría la pequeña abriendo levemente sus ojos y viendo a su madre, quién le sonrió con dulzura como una madre lo hace.

_ Shh cariño... Descansa... Mamá te ama y siempre estará contigo _ diría Yorozu, quién vio como su hija volvió a dormir, para después se viera que en el cuarto no había nadie, salvó Aria quién dormía plácidamente.

Capítulo terminado

Fua perro estoy re inspirado jaja
Tres días seguidos actualizando, Pagense un Fernet jajaja

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