Capítulo 31

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21 años atrás...

Un pelinegro de musculatura imponente y cabello negro corto vigilaba con atención desde la sombra de un árbol cercano a la hacienda. Observaba a los siete sujetos que custodiaban los alrededores, pero ninguno representaba un desafío para él. Sin embargo, su atención se centró en una figura en particular un hombre rico de la alta sociedad, el objetivo de su misión.

Con una precisión mortal, el pelinegro desenfundó su espada al ver a su objetivo y se abalanzó hacia él en un instante. En un rápido y letal movimiento, atravesó el pecho del hombre, acabando con su vida al instante. Los guardias, atónitos ante la repentina muerte de su jefe, reaccionaron tarde. Intentaron detener al misterioso asesino, pero él demostró una destreza sobrenatural, acabando con ellos uno por uno con una habilidad letal y una fuerza descomunal, cortando y mutilando sus cuerpos con una precisión implacable.

El individuo, con paso seguro y decidido, se alejó de la escena del crimen, llevando consigo la cabeza decapitada de su objetivo envuelta en una bolsa ensangrentada. Al llegar a su contacto, un hombre sombrío en una taberna clandestina, sacó la bolsa y la colocó sobre la mesa con un gesto impasible.

_ Aquí está, como lo acordado__ dijo el asesino en tono sereno, sin mostrar emoción alguna en su rostro.

El contacto, con una mirada fría y calculadora, examinó la bolsa y su contenido con detenimiento antes de asentir con satisfacción.

_ Bien hecho. Parece que has cumplido tu parte del trato_respondió el hombre con una sonrisa mientras encendía un cigarrillo y lo llevaba en su boca.

_ Toji, ¿hubo complicaciones en tu misión?_
preguntó el hombre, mientras fumaba su cigarrillo

_ Para nada, fue muy sencillo... Bien, es hora del pago: 40 millones de yenes_respondió Toji con firmeza.

_ Espera un momento, te pagarán en breve... Por cierto, ¿cómo está tu hija Tsukako y Giyuu... Escuché que fuiste padre hace poco de nuevo?_ diría el individuo, mientras observaba a Toji con interés.

El pelinegro frunció el ceño, tratando de recordar algo.
_ Giyuu... ¿Giyuu? ¿Quién es ese?_ preguntó Toji confundido, luchando por recordar el nombre de su propio hijo. De hecho, tenía dificultades para recordar los nombres de los varones.

_ Bueno, parece que es hora de retirarme del negocio_ anunció Toji a su contacto mientras guardaba el dinero recibido.

_ ¿De verdad? ¿Por qué ahora?_ preguntó el hombre, sorprendido por la decisión de Toji.

_ Nada que te importe a ti chismoso, solamente quiero vivir en paz con mi esposa e hijos _ diría Toji, al individuo quién tan solo empezara a reírse.

_ Vaya, eso es un cambio importante. Supongo que es hora de que cuelgues las botas entonces_ respondió su contacto, mostrando comprensión y respeto por su decisión.

_ Gracias, amigo. Ha sido un buen negocio trabajar contigo_ dijo Toji, extendiendo la mano para despedirse.

_ Igualmente. Si alguna vez necesitas algo, ya sabes dónde encontrarme_ respondió su contacto, estrechando la mano de Toji.

Toji llegó a una casa abandonada, su escondite habitual después de completar sus trabajos. Allí guardó sus armas y se deshizo de la ropa manchada de sangre, tomando una ducha rápida y vistiéndose con ropa limpia antes de dirigirse a su verdadero hogar. Al llegar, encontró a su esposa, una mujer de cabello corto pero hermosa, sosteniendo a su pequeño hijo Giyuu, mientras su hija mayor Tsukako lo observaba a su hermano menor con curiosidad. El simplemente vio seriamente esa escena y sonrió levemente.

_ ¡Papá!_ grito una Tsukako al ver a su padre para saludarlo.

_Hola, cariño. ¿Cómo has estado hoy?_ preguntó Toji a su hija, para revolver su cabello despeinadola generando un puchero en su hija.

_ Siempre me despeinas papá... ¡Pero estoy bien!_ diría la niña a su padre, quién esté estaba observando a su esposa quién cargaba a su pequeño hijo recién nacido.

_ Hola, amor ¿como te encuentras?_ preguntó Toji a su esposa, quién le sonrió cálidamente

_Bien, gracias. Solo un poco cansada. ¿Cómo te fue?_ preguntó la esposa de Toji, sobre el trabajo. Aunque ella no sabía que su esposo era un mercenario asesino.

_Todo bien. Solo un trabajo rápido. Pero no importa, estoy aquí ahora_ diría el pelinegro a su mujer.

_Me alegra que estés de vuelta. ¿Podrías ayudarme a poner a Giyuu en su cuna? Me parece que la tos me está molestando un poco, pero no te preocupes por eso_ diría la pelinegra, para entregar a giyuu en los brazos de su padre

_Por supuesto,  Déjame ayudarte con eso_ diría Toji para cargar a su pequeño hijo, mientras escuchaba que su esposa estaba tosiendo nuevamente.

Toji notó la tos de su esposa, pero decidió no mencionarlo, ya que pensó que se le pasaría. Aunque notó que estuvo con esa tos hace varios días. Pero ignorando eso Toji recostó a su pequeño hijo en su cuna dónde dormía plácidamente.

Han pasado tres meses desde que Toji notó que el estado de salud de su esposa empeoró. Durante ese tiempo, la llevó a varios médicos en pueblos cercanos, pero lamentablemente su estado era irreversible. Finalmente, su esposa falleció después de un mes debido a una neumonía que no fue tratada a tiempo.

La pérdida de su esposa sumió a Toji en una profunda depresión. Él había dejado su pasado atrás gracias a ella, incluso había adoptado el apellido de su esposa, Tomioka, en lugar de su antiguo apellido, Zenin. Ahora, sin ella, se sentía perdido y sin rumbo.

Los años pasaron y Toji volvió a ser quien era antes de conocer a su esposa. Se sumergió de nuevo en el mundo de las apuestas, una adicción que siempre le causaba más problemas que beneficios. Además, retomó su actividad como mercenario, dejando de lado la crianza de sus hijos.

Tsukako, su hija mayor, de díez años de edad, se vio obligada a asumir el papel de cuidadora de su hermano menor, Giyuu, que tenía apenas seis años. A pesar de su corta edad, Tsukako se esforzó por cuidar de su hermano y mantener un hogar funcional en ausencia de su padre, quien pasaba la mayor parte del tiempo fuera, inmerso en sus actividades de juego y trabajo como mercenario.

La situación se volvió insostenible para Tsukako, quien, al ver la negligencia y la falta de cuidado por parte de su padre, decidió tomar medidas drásticas. Tomó algo de dinero que encontró en la casa y huyó, llevándose consigo a su hermano menor. Juntos comenzaron una nueva vida, lejos de la sombra del padre ausente, buscando crear un ambiente más saludable y estable para ellos.

Capítulo terminado

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