7° [Jiang Cheng]

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El día en que JingYi llego a su vida, Jiang Cheng encontró firmemente un propósito para seguir viviendo.


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Otoño de 1991

Antes de ese suceso, de hecho desde el día que nació, su vida estaba inmersa en una oscuridad absoluta que compartía junto a su hermana. Tristemente esas eran las consecuencias de un matrimonio arreglado, sus padres no se amaban, al menos su padre no amaba a Yu ZiYuan como ella lo hacia. No importaba cuanto su madre se arreglara, vistiera prendas brillantes o un carácter pasivo para llamar la atención de Fengmian, era como si ella no existiera para él.

WanYin fue el segundo hijo de aquel desastroso matrimonio, era menor que YanLi por cuatro años.

Por mucho tiempo el corazón roto y la ira de su madre era descargado sobre ellos, pero nunca toco un solo pelo de YanLi porque era su única hija preferida, además de ser omega, debía cuidarla.

WanYin no recibió el mismo trato, él era la frustración viviente que ZiYuan poseía sobre su esposo, y la gran indiferencia de Fengmian hacia su familia. Entonces él era quien recibía cualquier tipo de maltrato por ambos adultos.

Yanli nunca hizo algo para interferir o detener esa violencia, solo se concentraba en protegerse a sí misma.

Cuando él cumplió seis años y su hermana diez, se revelo la casta de su hermana mayor, era una omega muy hermosa y presumía su casta con orgullo ante sus padres, era de esperar que fuese así.

Desde ese momento, ella moldeo su persona, siempre se comportaba de acuerdo a su naturaleza, era elegante, refinada y de carácter pasivo, muy compasiva con otras personas, menos con él. Pero aún así, WanYin veía en ella una figura de admiración, estaba orgulloso de ella porque la amaba a pesar de todo.

Tal vez el único buen recuerdo que posee de ella era su sopa de loto, nunca soluciono nada pero era una muestra diminuta de su caridad.

En el cumpleaños trece de su hermana, un comerciante cercano a la familia Jiang había llevado dos cachorros como regalo para la señorita, uno era de raza akita y el más pequeño era un Shiba-Inu. Su hermana no podía tener aquellos cachorros por la etiqueta social, por lo que él se hizo responsable de cuidarlos. En un lugar tan solitario como aquella casa, tener a ambos cachorros fue una alegría completa para Jiang Cheng. Cada tarde ambos cachorros iban detrás de él y lo acompañaban en su habitación para dormir cálidamente. Fue imposible no encariñarse rápidamente. Los llamó Akiko y Akemi y juró con su vida protegerlos.

Luego de llegó el otoño. Fue en ese mismo año cuando un día nublado llegó un niño del exterior en los brazos de su padre a la casa Jiang. Todos los sirvientes de la casa, los eruditos y los discípulos de la familia se quedaron en absoluto silencio. Con temor a que la mujer tomara alguna medida violenta que sobrepasara los limites de la tolerancia.

ZiYuan nunca se atrevió a levantar la mano a su esposo, no porque fuese débil. Sino por el simple hecho de que amaba tanto a ese hombre que soportó los deslices de él fuera de su matrimonio, soporto el poco respetó que él tenia sobre aquella unión, toleró que su pareja deseara a otra persona y no demostrara un mínimo aprecio por ella.

Pero traer un niño tan aterradoramente parecido a la mujer que Fengmian pretendía antes de comprometerse, simplemente le parecía algo tan absurdo e inimaginable que podía reírse en frente de su cara sin sentir remordimientos.

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