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Luego de pasar un buen rato en el pabellón medico y escuchar los constantes regaños de la enfermera encargada por meterse en un conflicto que también perjudicaba a la señora, decidió que era momento de regresar a su habitación y descansar un poco luego de tal exceso de fuerza. Estaba completamente agotado mentalmente, por decir que le dolía todo el cuerpo y era difícil respirar correctamente.

Mientras de desplazaba tuvo que agarrarse de los objetos más cercanos a él, para su mala suerte su habitación quedaba en el pabellón que rodeaba el edificio de las aulas y la biblioteca, por lo tanto se detuvo en pequeños momentos para respirar y volver a caminar. El problema era que no habían muchos estudiantes por ser fin de semana y ningún adulto aparecía, nunca creyó en los caballeros de reluciente armadura, pero por ese momento esperaba que alguien le ayudara a llegar hasta su habitación, sino se desmayaría en medio de los pasillos hasta que alguien encuentre su cuerpo frio por la noche, no deseaba que algo así sucediera. 

Las luces de alta intensidad lo mareaban, las lámparas emitían una luz completamente irritable para sus ojos, pero se guio de ellas para llegar hasta su habitación. 

En sus últimos esfuerzos y antes de desplomarse sobre las escaleras frente a su puerta, alguien por un bonito milagro la abrió con brusquedad, ya no tendría que desmayarse sobre la fría piedra.

-¡JingYi!

-ZiZhen.

Susurró cayendo sobre los brazos del alfa que lo sujetaban con delicadeza. ZiZhen estaba completamente angustiado que se notaba en su aroma de limón, ambos ingresaron a la habitación con el menor entre sus brazos. 

-No te encontraba por ninguna parte, me alarmé al no verte en tu habitación.- JingYi sintió algo cálido instalarse en su pecho por sus palabras, cree que es la sensación de sentir que alguien se preocupaba por el. Asintió agotado y el alfa lo asistió a cambiarse sus prendas, limpio su cabello con toallas húmedas y lo acostó en su cama, el Ouyang acomodo unas cuantas almohadas para permitir que el beta se acueste cómodamente y dispuso de mantas livianas para abrigarlo de la noche.

Cuando recupero su energía, mucho más sereno dejó escapar un suspiro agotado, necesitaba comer y dormir por el entumecimiento del dolor en sus piernas y los fármacos.

-Gracias.- El beta sonrió cómodo en la presencia del alfa, dejando que sus mejillas se tiñeran de un rosa pálido, su cabello estaba suelto y ZiZhen lo estaba acomodando en una trenza.

-Ni lo digas, sabia que ese omega te generaría problemas pero no hasta tal punto.- Que ZiZhen no haya hecho nada para ayudar al beta en ese problema instaló una espina de culpa. Si hubiese actuado a tiempo, incluso antes de que esto ocurriera, tal vez hubiera cuidado del beta mucho mejor.

Era una sensación confusa que hacia su corazón latir, pero decidió ignorarlo durante un tiempo. Ahora que lo volvía a sentir estaba molesto consigo, con el alfa Lan y el molesto omega Jin por envolver a su beta en esa situación, aunque JingYi le dijera que no debía sentirse así con Jin Ling, ZiZhen simplemente no podía cambiar su opinión. 

-Creo al final se soluciono.- Intento calmar el cítrico aroma de limones quemados que el alfa desprendía, delatando sus emociones. 

-Mas le vale a ese omega, no dejare que vuelvas a exponerte a este tipo de peligros.- JingYi lo vio confundido por las palabras del alfa que intuían un futuro accidente.- Ocurrieron dos veces, en la tercera te cuidaré.

JingYi sintió su corazón palpitar con más fuerza, ocasionando un sonrojo que fue visto por el alfa, quien también se sonrojo y desvió su mirada, frunciendo su ceño para disipar el ambiente y dejar de producir un aroma como dulce de limón. Indirectamente su alfa lo estaba seduciendo con su aroma, pero JingYi no estaba enterado. 

El beta de YunmengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora