El beta de Yunmeng

15°

La noche ha sido muchas veces el testigo de innumerables historias, el confidente perfecto para escuchar tus susurros y anhelos, el testigo que cubre las noches tiernas y apasionadas, el llanto adolorido o una felicidad fugaz.

JingYi cree que la noche es una chismosa, ahora era testigo y la única luz que guiaba el camino de un joven oculto entre telas que llevaba consigo un aroma del azúcar derretido, mantequilla y canela en algo parecido a contexturas crujientes y dulces.

Las estrellas y sobre todo la luna lo estaba siguiendo, no sabe si ella lo guiaba o solo lo estaba persiguiendo, como un cómplice de sus fechorías y más íntimos momentos. 

Yi caminaba entre el muro y las paredes en el pabellón de alfas, el intenso aroma inundaba sus sentidos, menta, canela, vino, tostadas, chocolate, wiski, petricor, pino, roble, limón, manzana, melocotón, arándanos, coco, ciruela, oliva, lirios...eran demasiados fogosos y profundos.

Es una reacción natural de los jovenes alfas, en especial en esta fase de crecimiento cuando buscan desesperadamente llamar a algún omega y convertirlo en su futura pareja. La maduración de los alfas suele ser un problema en los celos, o en este caso, al momento de descansar y dejan a su subconsciente llamar deliberadamente a un omega.

Pero eran demasiado perfumados que su nariz sangraría por su brusquedad. 

En las puerta de cada habitación, la imagen de magnolias y distinguidos animales adornaba la vista. Las puertas y ventanas estaban cerradas, solo algunas tenían una luz tenue, como un llamado nocturno a que alguien profane su posada. 

Desde hace un tiempo el sonido delicado y mohíno del guqin lo acompañaba, la destreza al tocar se notaba, pero estaban sobre el horario nocturno lo cual generaría problemas a la persona que tocara a alta horas de la noche. 

Se preguntaba imprudentemente quien era la persona, pero por su cansancio debido a un arduo entrenamiento y entumecimiento en sus músculos, ignoró su curiosidad y deseo llegar a tiempo a la habitación del alfa Ouyang para cenar correctamente. 

Siguió las ordenes que alguna vez le indicó. "Izquierda a derecha, magnolias y tortugas"

No era estúpido, pero si un poco olvidadizo. 

Miraba entre cada grabado de madera buscando las flores y una tortuga de mar, al final el tallado debía ser claro. 

Se dio cuenta de otro hecho que establecía una brecha entre las personas de alta clase, y simple mortales como él; Los hijos de nobles siempre adornaban las figuras con metales, lo que indicaba su posición social. El cobre era para pequeños funcionarios, la plata para regidores reconocidos y el oro para los nobles o familias aun renombradas por los altos mandos del país, o anteriores emperadores antes de una democracia mal constituida.  

ZiZhen le aviso que tenia un bordado de plata cuando consulto deliberadamente, por lo tanto se dedico seguir buscando entre diferentes animales como serpientes, tigres, leones, ciervos, toros, zarigüeyas, ardillas, conejos, cuervos, osos, aves peregrinas, mantarrayas y otros peces que no alcanzó a distinguir.

Pero ubo una puerta, la figura tan magnifica e imponente adornada en oro, el tallado y los patrones eran únicos, parecían ser hechos por manos expertas en carpintería y esculpido.

Era un dragón de agua, hermoso y solemne, como era de esperarse de aquella criaturas místicas que siempre eran reconocidas en la cultura popular. El brillo de la noche le permitió ver a lujo de detalle que el grabado no solo seguía un patrón en oro, sino tenia consigo incrustado jades blancos, perla, gemas como aguamarina y topacio entre el oro, realmente deslumbrante.