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El festival de la institución siguió su rumbo sin obstáculos a pesar de lo sucedido anteriormente. JingYi estuvo de acuerdo con la decisión de no cancelar el evento por un descuido suyo, era injusto para los demás si lo pensaba de esa forma, todos los estudiantes se prepararon con entusiasmo para despedir a la primavera con el festival y él arruinando todo. 

Por su lado, Yi estuvo en cautiverio por al menos un día entero, evitaba a las personas y prefería mantenerse aislado de las tres personas que lo acosaban constantemente, perdiéndose de esta forma la participación de Jin Ling en la competencia de arco y flecha. Se enteró al final de día que este había ganado y estaba contento por la noticia. 

Y no es que decidiera esconderse del mundo por eso, simplemente estaba aceptando que debía tener más cuidado de ahora en adelante con cada paso, ese era el peso de la culpa. Si se presentaba indiferentemente en el festival como si nada hubiera ocurrido...él no era ese tipo de personas que camina con pies ligeros luego de pisar ramas incorrectas.

El día siguiente por la mañana, se anuncio el regreso de Zewu-Jun y su activa participación en la familia Lan ante los medios y todo el país oficialmente, la mirada política catalogaba el festival de primavera del instituto a cargo de la familia como un movimiento estratégico para evitar un revuelo y que eventualmente se haga la noticia de forma gradual. Pero solo fue un anuncio oportuno. 

Jiang Cheng muy pronto tomaría la misma decisión y reclamaría su lugar como heredero legitimo de Yunmeng. 

JingYi reconoce que esa tarde fue un punto de inflexión, estuvo en el lugar y el momento equivocado, y así como la responsabilidad de ambos adultos, él sabe que al ser hijo de Jiang Cheng y tener la marca de la familia Jiang también debe tomar su lugar luego de su padre como el siguiente heredero. 

Entonces debía aceptar los hechos y dejar de chillar como un niño, no ganaba absolutamente nada. 

El beta tomó la pared de madera y golpeo levemente su cabeza contra el solido. Luego fueron sus puños que, con cada palabra, daba un golpe.

-"Tonto, tonto, tonto, tonto, tonto"




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Desde el exterior a la habitación, perdido entre el jardín de hortensias y sus propios pensamientos, había un alfa de aroma cítrico que dudaba en si avanzar con su ruta o simplemente regresar.

El beta de YunmengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora