CAPÍTULO 18 PRIMER DÍA DE CLASES

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-Lo siento chicos, de verdad que me gustaría poder estar ahí, pero todavía tengo que trabajar... - el puchero de ambos gemelos manda una oleada de tristeza hasta mí, con lo que me acerco a ellos, dejándome ver también por la pantalla, cosa que pocas veces ocurre. Normalmente SeokJin y yo mantenemos el contacto por teléfono, la voz mucho más clara y directa que en Skype. Pero entre los niños y él, prefieren verse.

Paso un brazo alrededor de cada niño, sentándolos en mis rodillas, mi lobo interior conectando con los dos pequeños cachorros de ellos para calmarlos un poco. La desilusión puede leerse en sus rostros, incluso SeokJin a través de la pantalla puede verlo. -Papá estará aquí antes de que se den cuenta. Además, la tía Mye ha dicho que vendrá, ¿no les hace eso ilusión?

Me veo obligado a cortar la llamada apenas minutos más tarde, ambos chicos enfadados con él, Tae más que Jungkook, quien al menos se despide con su pequeña mano antes de desaparecer de la vista, ambos más obedientes que nunca yendo a ponerse su pijama sin que nadie se lo ordene. -Lo siento... hablaré con ellos. Que no te afecte demasiado, son muy exagerados.

-Reinas del drama, igual que su padre. -No puedo evitar una pequeña risa, negando con la cabeza. -Y aún así caíste por mi, Hoseok-reina del drama-Jung, SeokJin. -Lo miro unos segundos, ambos en silencio, sólo observándonos hasta que un pitido lejano me saca de mi embelesamiento. -Debo ir a asegurarme de que no se queme la cena. Hablamos pronto, mi Seokjinnie.

Un segundo después apago el horno para que deje de pitar y sirvo la cena para los tres, consiguiendo animar a los niños dejando que tomen natillas de postre. Lo que me haces hacer, SeokJin. A ver quien consigue dormirlos ahora.

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Ambos niños caminan agarrados de la mano, puedo oler el nerviosismo a través de ellos. Es la misma escuela y los mismos compañeros que el año pasado, pero el tutor ha cambiado este curso. Aun así, el primer día de curso siempre resulta emocionante una vez estás en la escuela, pero fuera puede resultar atemorizante.

Cruzamos el último paso de peatones antes de llegar por fin al jardín de la escuela de los chicos. Kook se gira hacia mí, sus labios formando un puchero. -¿No podemos quedarnos en casa? El otoño también puede ser verano...¡aún hace calor! - No puedo evitar una carcajada, agachándome a la altura de mis niños, arreglando el cuello de la camiseta de Jungkook. -El verano se acabó, pequeño. Pero seguiremos haciendo cosas juntos los fines de semana, ¿vale? Es una promesa de meñique.

Veo sus rostros iluminarse con ilusión y tiendo mis manos hacia ellos, Taehyung a la izquierda y Jungkook a la derecha, mis meñiques alzados pronto son encontrados por los suyos, entrelazándose antes de que ambos se lancen contra mí, abrazándome con tanta fuerza que me desequilibro y caigo hacia atrás, o habría caído de no ser por las piernas contra las que topa mi espalda.

Estoy a punto de disculparme cuando esa voz paraliza todo mi cuerpo. -¡Pero bueno!¿El primer día y ya por el suelo?

-¡PAPAAAA! - Río, el peso de los chicos desapareciendo de encima de mí, sus pies alzándose sobre mi cabeza cuando el alfa carga a uno en cada brazo. Logro ponerme de pie, sonriendo sin querer evitarlo. La sola presencia del alfa llena mi corazón de un calor especial que tan solo él es capaz de crear. Maldito Kim.

Mis pequeños de pronto se sienten tan felices y revoltosos que no puedo evitar reír, sus emociones siempre conectadas a las mías, ayudándome a cuidar de ellos. -Nos tenías bien engañados, SeokJin. -Me acerco a él por inercia, los meses separados han sido mucho más duros de lo que lo han sido todos estos años sin tenerlo. Abre sus brazos, colgando a los chicos contra su cadera, sin soltarlos pero haciendo hueco para que pueda acercarme más a él.

Nuestros labios se encuentran, idénticas sonrisas que no desaparecen ni siquiera durante el beso. Es breve y casto, pero es como si me devolviese a la vida. Mi cuerpo se vuelve ligero y mi mente se desconecta, despreocupándome. Jin está de vuelta. Todo está bien.

-Awww.... adorables. - Sonrío negando, separándome lo justo para ver esos intensos ojos brillar. Es sólo un segundo, pues se ve obligado a dejar a los niños en el suelo de nuevo cuando ambos gritan por su tía, corriendo hacia ella. -No es justo que la quieran tanto. Sólo los consiente.

-Tu también los conscientes, SeokJin. No eres quien para quejarte por ello.-Pasó el brazo por su cintura, sintiendo su brazo alrededor de mis hombros, en sincronía. Deja un suave beso en mi cuello, sobre la cicatriz de su mordida. Un gesto tan simple manda un escalofrío por todo mi cuerpo. Bendito el momento en el que decidí pedirme el día libre.

Un intercambio furtivo logra sacarme de mi entretenimiento mental donde sólo está SeokJin desnudo en mi cama, cubriendo mi cuerpo con el suyo. -¡Mye!¡Nada de chucherías para el colegio! - El puchero de los gemelos y el de su tía es idéntico cuando los tres me miran, atrapados en su fechoría. - Yo guardaré estas para la tarde. -Reviso ambas bolsitas con gominolas, mirando mal unos segundos a la hermana de Jin antes de abrazarla también, contento de verla. Estuvo visitándonos con frecuencia las primeras semanas tras la marcha de Jin, pero después ella misma tuvo que ir a Toronto de viaje y hasta hace unos días no había vuelto a la ciudad.

La campana que indica el inicio de las clases suena alta y clara por todo el recinto y poco a poco las filas de alumnos de los diferentes cursos se forman mientras todos los padres nos vamos quedando atrás. No puedo evitar emocionarme cuando veo la reacción de Mye y Jin viendo entrar a los niños al edificio. Una lágrima traicionera rueda por la mejilla del mayor y mi mano busca la suya, dejando que se aferre a mi, mi lado omega confortándolo, sabiendo perfectamente lo que pasa por su cabeza. -Estarán bien. Al fin y al cabo, son Kim.

SIEMPRE TE SENTÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora