-¡Papá se va a enterar! Nos dejará sin postre durante un mes...¡un año! - El joven de ojos marrones mira a su hermano dar vueltas sobre la alfombra de su cuarto de juegos. El susodicho tiene una pose pensativa, caminando con la cabeza gacha mientras se rasca la barbilla como ha visto hacer en las series de detectives. -No se va a enterar... ¿o es que te vas a acobardar?
El chico se hunde más en el gran cojín en el que está sentado. -Claro que no... yo también quiero hacerlo. - Suspira y salta de vuelta al suelo, arrodillándose frente al gran cojín junto a su gemelo, moviendolo entre ambos hasta lograr sacar una hoja de periódico algo rota de debajo del mismo.
Ninguno de los dos niños sabe todavía leer con fluidez, pero hay algo que sí reconocen rápidamente y es el nombre de su padre: Kim SeokJin. Así que cuando Jungkook lo vio una semana atrás escrito en letras oscuras en el periódico de la bibliotecaria de su escuela, pidió la hoja sin dudar.
Tuvieron que esperar todo el día hasta que su padre se encerró en su estudio para recibir una llamada y poder leer la noticia, a su ritmo. ¡Y qué noticia!¡Su padre vendría a la ciudad!
Ambos niños vuelven a leer la noticia, apenas una semana más tarde y después uno de ellos mira al calendario en la pared, recordando la fecha que ha escrito hoy en sus tareas de clase. -Mañana, Kook. Papá viene mañana. - mira a su hermano con complicidad. Después de tantos días esperando, al fin la fecha está cerca.
Vuelven a guardar la hoja, perfectamente doblada y escondida bajo el gran cojín justo a tiempo, pues su cuidador abre la puerta un instante después. -Chicos, su padre está aquí. - Ambos acuden al chico con una sonrisa, abrazándolo cuando este se agacha. Se ven prácticamente todos los días, pero después de probar diferentes niñeras y niñeros, Jimin ha sido él único que ha conseguido ganarse a los traviesos gemelos.
-¿Mañana vendrás, Jimin hyung?¡Prometiste llevarnos al parque! -El chico ríe, revolviendo el cabello de ambos hermanos mientras se pone de pie, asintiendo. -Esta bien. Pero Namjoon vendrá conmigo, ¿vale? Tienen que prometer no molestarlo. - Los gemelos ponen su mejor sonrisa angelical, pero a las espaldas, cruzan los dedos. Siempre es divertido molestar al amigo del mayor.
Salen de su habitación de juegos detrás de la beta, ambos sonriendo al ver a su padre de vuelta. -¡Papá! - El grito de ambos está casi sincronizado, haciendo reír a su padre, que deja todo lo que tiene entre manos para agacharse y cargarlos a ambos en brazos, llenándolos de besos. Oyen a Jimin despedirse, pero solo Taehyung gira su manita hacia él, saludando antes de partirse de risa cuando la mano de su padre le hace cosquillas. -Estoy muy cansado hoy... ¿Qué les parece si nos damos un baño y después pedimos una pizza? - Los gemelos se miran, cómplices antes de abrazar más fuerte a su padre, corriendo al baño en cuanto les deja en el suelo, la ropa desperdigada por el pasillo conforme se la han ido quitando.
La bañera está de agua hasta el borde, y quizá también parte del suelo esté encharcado, pero poco importa cuando su padre les ha dejado meter en el agua todos sus juguetes y llevan tanto tiempo a remojo que sus dedos están arrugados, como las pasas. A Tae le gusta cuando su padre le masajea el cabello, a Kook no tanto, prefiere hacerlo él, aunque no siempre lo haga bien y a veces tenga que aguantarse y permitir que su padre lo haga de nuevo.
Aunque hay algo que ambos aman y es cuando, una vez al mes, después de la ducha de la noche, su padre los hace colocarse muy quietos en la pared de la habitación, todavía envueltos en sus suaves albornoces y hace una nueva marca en la madera de la puerta, escribiendo con un rotulador negro la fecha del día. Jungkook siempre intenta hacer trampas, poniéndose de puntillas para ganar a Taehyung, aunque al final saben que siempre son igual de altos.
-Hmmm... pizza. - Tae hace amago de limpiarse las babas con la manga mientras su hermano a su lado bota sobre el taburete, ambos aspirando el olor que la caja de pizza deja en el ambiente mientras su padre paga al repartidor.
Aguantan ansiosos los segundos en que Hoseok la corta en trozos, media pizza de jamón, la favorita de Taehyung. La otra media de queso, la perdición de Jungkook. Ambos devoran su primer trozo en cuestión de segundos, hasta que su padre los reprende por glotones y comen algo más despacio. Tampoco mucho.
Un rato más tarde están los tres acurrucados bajo la manta del sofá, la televisión de fondo reproduciendo una película Disney que Hoseok es capaz de recitar de memoria del derecho y del revés, pero que a los gemelos les encanta. Y él simplemente no es capaz de decir no, menos aún cuando ve esos ojitos tan atentos y fascinados.
Tae cae primero, su respiración acompasada haciéndole cosquillas en el cuello. No es que Jungkook aguante mucho más tras acomodarse sobre su pecho. Hoseok atesora esos momentos como si valiesen más que el oro. Cada día sus pequeños son más mayores, menos niños... y le encanta saber que sigue siendo necesario para ellos, que pese a tenerse y apoyarse el uno al otro, al final del día, papá es papá. -Y que siga así mucho tiempo.
Acuesta a cada niño en su cama, quitando los calcetines de ambos antes de arroparlos bien, retirando el flequillo de Tae de su frente antes de besarla, repitiendo el proceso con su gemelo.
Suspira caminando por el pasillo hasta su habitación, dejándose caer en su cama vacía. Siempre vacía.
Y sin embargo, esa noche, como todas las noches, un par de ojos marrones aparecen en sus sueños. Intensos, profundos y puros zafiros que lo observan, haciéndolo temblar de pies a cabeza.
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SIEMPRE TE SENTÍ
FanfictionHoseok es un joven tardío a la hora de mostrar su naturaleza. A sus casi 18, todavía no ha madurado sexualmente. Está tan acostumbrado a que esa es su realidad, que el día que su primer celo comienza no se percata de ello hasta que es demasiado tard...