Me acerco a la cocina a por un vaso de agua, intentando calmar mis nervios y esperando que unos segundos para respirar ayuden también a Hoseok con los suyos.
Le tiendo el vaso cuando vuelvo al sofá, sentándome a su lado en lugar de frente a él como hemos hecho otras veces. Ahora que empieza a abrirse, a sincerarse.. no quiero apartarme. No quiero tenerlo lejos. Nunca lo he querido. He intentado respetar sus tiempos, su espacio... pero lo único que quiero es poder estar cerca de él. Ser su apoyo.
-Cuando me enteré de que estaba embarazado... -suspira, dejando el vaso medio vacío sobre la mesita del sofá- no se si lo supiste, pero vivía en una residencia del estado. Mis padres me abandonaron cuando era muy pequeño y viví en un orfanato hasta que fui lo bastante mayor como para acceder a la residencia. -Se encoge de hombros, hablando de forma monótona, como si fuese algo poco importante en su historia. - Nunca habrían permitido un omega embarazado en una residencia. Me habrían hecho abortar y taparían el asunto como si nunca hubiese sucedido... y yo sólo lo sabía, SeokJin. Ni siquiera tuve una ecografía ni escuché sus latidos...¡ni siquiera sabía que eran dos! Pero sabía que estaba embarazado y... no podía sólo dejar que me los arrebataran así que huí.
Se echa hacia atrás en el sofá, sus hombros haciendo contacto con el respaldo mientras sus ojos se cierran. -No me atreví a acudir a ti. ¿Qué te diría? Ni siquiera sabía cómo enfrentarte después de lo que había pasado. Te odié, durante un tiempo... y dolía, porque te amaba también, ¿sabes? Así que conseguí algunos trabajos menores, pude ir consiguiendo algo de dinero y rentar una habitación con lo poco que tenía ahorrado para la universidad... - sus ojos se abren, grandes y brillantes y me observa unos segundos, sonriendo de medio lado. - Pero llega un punto en un embarazo que nadie quiere contratarte. ¿Quién contrata a un omega soltero y embarazado?
Se encoge de hombros como si fuese algo normal, como si hubiese sido algo que esperaba. Y realmente lo es, creo que todos los empresarios del mundo tomarían la misma decisión ante una situación así. Mi padre el primero. Y duele saber que no estuve ahí, para ellos.
-Al final tuve que dejar la habitación en la que me estaba quedando. Tenía que elegir entre el techo y la comida las primeras semanas, pero después no hubo opción para ninguna de las dos cosas. Entonces apareció Jackson. - Puedo ver una sonrisa sincera en su rostro y aunque la curiosidad puede más, hay un deje de molestia en el fondo de mi estómago por el hecho de que sonría así al pensar en alguien más.
-Jackson me encontró una fría noche durmiendo bajo unos cartones en un portal. Estaba temblando por la fiebre y el embarazo a punto de terminar, así que me llevó a su casa y entre él y los otros omegas cuidaron de mí hasta que mejoré. No era el mejor sitio del mundo, pero pude recuperarme lo suficiente como para estar fuerte el día del parto. -Sus ojos observan los míos, el temor reflejándose en el fondo, tras el dolor y la pena. - No había podido permitirme una ecografía, así que fue una sorpresa cuando tras nacer Taehyung, apareció otra cabeza. Casi me desmayo. -Sonríe divertido al recordarlo y no puedo evitar contagiarme, imaginándolo por un instante joven y despeinado, sudoroso después del esfuerzo, dolorido y cansado... y en shock por tener dos bebés en lugar de uno.
-El día que los gemelos cumplieron una semana, empecé a trabajar para poder quedarme allí con los demás. Me prometí a mi mismo que no criaría a mis hijos en un club de omegas... pero era el único techo que teníamos y probablemente, sin Jackson y el resto, los tres habríamos muerto. -Noto como su cuerpo tiembla levemente y puedo sentir su corazón latiendo con fuerza por culpa de los nervios, acelerado y frenético. - Al principio se suponía que sólo serviría copas, la paga no era mala y tenía un techo y comida dos veces al día. Podía pasar todo el día con mis pequeños y por la noche nos turnábamos entre los omegas que teníamos hijos para poder trabajar sin descuidar a los niños.
Suspira y se pone de pie, volviendo al ventanal, de espaldas a mí, como si temiera mirarme a los ojos y ver asco o rechazo. -Llegó el día en que me di cuenta de que si solo servía copas, jamás saldría de allí. Era muy popular entre los hombres que frecuentaban el local y llegó un momento que el jefe me puso entre la espada y la pared. O accedía o al instante siguiente habríamos estado en la calle. Yo sólo quizá lo habría soportado, pero no podía permitir que mis cachorros no tuviesen un techo... así que accedí.
Y no lo dice expresamente, pero se a que se refiere. Se muy bien como trabajan los clubs de omegas. Dan techo, comida y una paga a omegas solteros, despechados, rotos o simplemente necesitados a cambio de provocar a los alfas y betas para su diversión. Bebidas, música, bailes y por supuesto, sexo. No hay nada en esos clubes que no tenga un precio. Pensar en Hoseok teniendo que pasar por eso para dar de comer a nuestros hijos, cuando yo podría haber estado a su lado y proporcionarles una cuna de oro... es repugnante. -¿Cuánto tiempo?
No me devuelve la mirada, sus ojos todavía fijos en el cristal, pero puedo ver las lágrimas en sus mejillas a través de su reflejo. - Casi cuatro años. En cuanto ahorré lo suficiente cogí a los niños y escapé de allí. Vine aquí, en busca de una oportunidad. Apenas teníamos para sobrevivir un par de meses cuando Tae cogió una fuerte pulmonía y todos nuestros ahorros volaron en un santiamén. Pensé que era el fin, que tendríamos que volver, cuando un alma caritativa se cruzó en nuestro camino... y todo fue mejor a partir de entonces. Conseguí mi trabajo, el apartamento, los niños han crecido fuera de ese horrible lugar...
Lo veo limpiar sus lágrimas aún de espaldas y justo después se gira hacia mí. -Y si, se que soy solo un asqueroso puto que se las da de persona decente. Pero siempre he hecho lo que ha sido necesario por mis hijos, y si tuviese que volver a hacerlo para darles un plato de comida, lo haría de nuevo.
Me pongo en pie y camino despacio hacia él. No quiero que se aleje, aunque sé que es un riesgo intentar acercarme a él. Intentar hacer contacto. Sin embargo, cuando alzo mi mano y acuno su mejilla no se resiste. Me sorprendo a mi mismo cuando cierra los ojos y el movimiento de su cabeza busca la caricia, mi pulgar acariciando su piel al instante.
-No pienso nada de eso. Creo que has sido muy valiente, Hoseok. Hiciste lo que tenías que hacer por nuestros pequeños, para mantenerlos sanos, fuertes y sobre todo, vivos. Otros se habrían rendido por el camino, pero no tú. Has renunciado a tanto por ellos que sólo mereces respeto y admiración. Nunca podría odiarte por amar a nuestros cachorros. - Llevo mi otra mano a su otra mejilla, acunando su rostro, mirándolo con adoración. -Eres maravilloso. Lo único que lamento es no haber estado ahí desde el primer día para ahorrarte todo ese sufrimiento. Que hayas tenido que pasar por tanto tú solo... y aún así sigas siendo la persona íntegra, fuerte y decidida que siempre has sido.
Sus lágrimas humedecen mis manos, pero no me aparto. En cambio, las limpio con mis pulgares, aunque no dejan de aparecer nuevas. -No soy ese chico de diecisiete años, SeokJin. Sólo soy un juguete roto.
-Entonces déjame arreglarte. Déjame ser el padre que debería haber sido los últimos ocho años. Déjame cuidar de ti, de tu cuerpo y de tu alma. Déjame ser quien te ame como mereces ser amado. Déjame unir de nuevo las piezas. Quiero intentarlo. - Cierro los ojos, mis últimas palabras apenas son susurros mientras apoyo mi frente contra la suya.
Sus labios contra los míos, húmedos y salados por las lágrimas son toda la respuesta que necesito. -Dijiste que si te quería... si realmente te quería... - trago saliva, observándolo. ¿Está diciendo lo que creo que quiere decir? - ¿Cómo no voy a quererte, SeokJin? Lo he hecho toda mi vida.
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SIEMPRE TE SENTÍ
FanficHoseok es un joven tardío a la hora de mostrar su naturaleza. A sus casi 18, todavía no ha madurado sexualmente. Está tan acostumbrado a que esa es su realidad, que el día que su primer celo comienza no se percata de ello hasta que es demasiado tard...