cuarenta y cinco

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Anthony Lockwood 🍂


Al escondernos detrás de los estantes unos pasos hicieron eco en todo el lugar para seguido de eso escuchar una voz.




-aqui nadie molestará-la voz era la de Penélope Fittes,ninguno me tomo importancia por lo que se notaba-y bien ¿que están diciendo?-


Hablo ella a alguien más en la habitación.


-algunos miembro están impacientes,cree que no le está ayudando con su trabajo y lo de Sydney tomo a todos por sorpresa,se tiene que ir-





Solto un hombre por lo que lograba escuchar.

Por inercia mire a Sydney,ella no mostraba ninguna emoción en su rostro,estaba neutral como si aquello no le importará.



-exacto su trabajo,no es mi problema si no están a la altura,no soy su niñera y lo de Sydney se tienen que aguantar es mi sobrina por nada del mundo la voy a echar-


Volvió a hablar Penélope.

Guarde el libro verde en mi saco.


-es cierto pero si es la inspiración-


Hablo nuevamente el hombre.


-bueno,ojalá que no lo olviden,tengo algo para que les des,para que dejen de quejarse y cuestionar todo-


Hablo Penélope y Lucy saco su cabeza para ver mejor.

Un ruido de algo abriéndose se escuchó en medio del silencio que los dos adultos habían formado.


-reparado y probado,sirve otra vez y diles que es un regalo de buena fe,de su inspiración-


Saque la cabeza para ver un poco y vi una caja musical que sostenía aquel hombre con aspecto a motoquero.

Penélope sonreía después de decir eso.



-que suertudos-

Hablo aquel hombre de nuevo.


-ujum,volveré a dónde me aprecian,te ofreseria una bebida pero se que tienes más cosas que hacer-


Dijo Penélope apunto de irse.



-me quedaré unos momentos,no quiero levantar sospechas-



El hombre hablo mirando a Penélope con una sonrisa de galán.


-no,claro-



Dijo Penélope y el sonido de sus tacones yéndose de la habitación empezó a sonar.

El hombre se acercó a un mueble,miraba a Sydney la cual se notaba muy tranquila.

Saque mi cabeza para ver qué hacía y vi como tomaba el mapa que George había dibujado.

carajo

Di vuelta mi cabeza mirando a Lucy la cual estaba junto a Sydney.



-debemos irnos-

Susurre yo para que el hombre no nos escuchará.

Lucy y Sydney asintieron.

El ruido del hombre sacando su espada me alteró más.

El hombre empezó a caminar por en medio de los estantes empuñando su espadin.

Mutise la palabra ahora y los tres nos dimos vuelta para quedar del otro lado de la estantería.

te amo más que a la musica / Anthony Lockwood Donde viven las historias. Descúbrelo ahora