The View from Halfway Down | Drabbles&OneShots [Angustary2024]

Eternidad

Angustary Día 4 - Amnesia

En este blanco vacío interminable cual es el peor castigo. ¿No sabes quien eres? ¿O saberlo?

– ¿Dónde estoy? 

– Así que ya has despertado.

– ¿Tú quién eres?

– Creo que la pregunta debería ser: ¿Quién eres tú?

Te quedaste callado un momento, tu mente trabajando para intentar captar algún recuerdo sobre tu pasado, pero era como escarbar en un agujero sin luz.

– Yo… Yo no puedo recordarlo –Soltaste resignado, el pánico creciendo dentro de ti, miraste a tu alrededor pero lo único que había era un blanco infinito rodeándote.

– Ya veo –dijo la voz a tu lado, miraste a tu interlocutor por un momento, era una mujer pequeña de cabello castaño y ojos verde claro.

– ¿Dónde estamos? –Volviste a preguntar, sentías como tu respiración empezaba a acelerarse y tus manos comenzaban a sudar.

La mujer te miró fijamente como si se debatiera entre responderte o no, finalmente se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia algún lugar de esa nada interminable que los rodeaba. Por unos instantes la miraste mientras se alejaba, había algo familiar y sin embargo indistinguible en ella, como ver a través de una neblina muy espesa intentando distinguir formas difusas.

– ¿Vienes? –Preguntó la castaña mientras giraba su rostro para mirarte, un escalofrío recorrió tu columna ante la posibilidad de quedarte solo y corriste hasta ponerte a su par.

– ¿A dónde vamos? – Insististe empezando a agobiarte por la incertidumbre .

– Quiero mostrarte algo –contestó la muchacha, inmediatamente el lugar a su alrededor comenzó a cambiar como si se sumergieran en una especie de espejismo, rodeándolos podían ver diferentes personas vestidas de negro caminando de un lado a otro– Mira allí –Señaló su acompañante a dos mujeres y un hombre parados junto a un ataúd, el trío parecía sumante angustiado, observaban el féretro con los ojos rojos e hinchados– ¿Qué opinas?

– Parece que alguien importante ha muerto –respondiste sintiendo una arrebatadora sensación de impotencia dentro de ti– una muy buena persona teniendo en cuenta la cantidad de gente que está en el lugar.

El sonido de un sollozo hizo que volvieras tu atención al trío, una de las mujeres se había desplomado sobre el ataúd mientras lloraba amargamente, los otros dos intentaban sujetarla mientras susurraban cosas para calmarla sin éxito, podías ver sus lágrimas a pesar de que intentaban ser fuertes.

– Algunas personas no se merecen el amor que otras les tienen –Susurró tu acompañante.

Repentinamente la escena empezó a desaparecer como la tinta bajo un chorro de agua dejándolos otra vez en ese blanco infinito de antes. La chica siguió caminando indiferente mientras las preguntas invaden tu mente, ¿por qué te estaba mostrando estos? ¿Qué era este misterioso lugar? 

– Ese hombre en el ataúd hizo muchas cosas malas, lastimó a mucha gente en el transcurso de su vida –por un momento tu mente fue invadida por imágenes donde veías a diferentes personas siendo heridas, cada palabra o acción que ese desconocido les hacía era como una puñalada en tu corazón.

Empezaste a temblar mientras las lágrimas salían de tus ojos, inhalabas con fuerza tratando de hacer llegar el aire a tus pulmones pero parecía imposible, como si la luz se hubiera robado todo el oxígeno del lugar, tus piernas cedieron a tu peso y quedaste de rodillas.

– ¿Por qué me muestras esto? ¿Qué es este maldito lugar? –Gritaste mientras rodeas tu cuerpo con tus brazos intentando detener los temblores incontrolables que te invaden.

– Y siguió dañando a las persona que lo amaban, incluso cuando ya había muerto –continuó la mujer ignorando tus gritos desesperados. Tus ojos se llenaron de nuevas escenas donde las personas junto el ataúd eran los protagonistas, sus vidas después de aquel funeral se habían desmoronado en un espiral sin control de culpa y sufrimiento, tus palmas apretaron fuertemente contra tus ojos intentando borrar las imágenes que quemaban como un hierro caliente dentro de ti.

– Por favor, detente –suplicaste arrastrándote hasta tomar el borde del vestido de tu acompañante– yo no puedo soportarlo, haz que pare –ella simplemente se agachó y tomó tu rostro entre sus pálidas manos.

– Debiste pensar en eso mucho antes, Bojack. Tuviste tantas oportunidades de hacer las cosas bien y sin embargo lo único que hiciste hasta el final fue herir a todos los que te amaban –Contestó ella mirándote a los ojos. En ese instante tu vida llego a ti como un torbellino incontrolable; cada palabra y acción egoísta a lo largo de los años fue como una dolorosa descarga eléctrica.

– Lo siento, Sarah Lynn, yo no quería hacerte daño, no quería herir a nadie, por favor, no quiero seguir sufriendo –rogaste mientras la veías levantarse y alejarse de ti, intentaste levantarte y alcanzarla, sin embargo, el suelo debajo de ti comenzó a desaparecer como si toda la luz fuera absorbida por un agujero negro, gritaste suplicando ayuda mientras caías en la oscuridad.

Lo último que pudiste ver antes que la oscuridad te envolviera por completo fue la fría mirada de Sarah Lynn mientras te decía: “Y sin embargo eres Bojack Horseman, y no hay cura para eso”.

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Abriste los ojos sobresaltado y te incorporaste violentamente mirando a tu alrededor.

¿Dónde estoy?

– Así que ya has despertado.

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