Cerca me tendrás

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Angustary Día 17 - Objetos Personales
Princesa Caroline & Ruthie

Era el unico recuerdo que le quedaba, uno doloroso, ¿podría desprenderse de el para crear algo mejor?

El ático estaba atiborrado de cosas, a su alrededor las cajas y objetos cubiertos con sábanas para impedir que el polvo las dañara eran los únicos testigos de sus lágrimas

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El ático estaba atiborrado de cosas, a su alrededor las cajas y objetos cubiertos con sábanas para impedir que el polvo las dañara eran los únicos testigos de sus lágrimas. Pasó las yemas de sus pulgares religiosamente por los bordados del suéter, ese simple gesto evocando todos los recuerdos que habían estado profundamente guardados en lo más recóndito de su mente.

Una pequeña sonrisa cruzó por sus labios cuando pensó en la primera vez que lo vio, eran los 90 y una de sus primeras tareas como asistente de su manager había sido ir a llevarle un guión a su casa, podía recordar lo nerviosa que se sentía de conocer al gran Bojack Horseman, como sus palmas sudaban debajo de su pelaje rosa. Tocó el timbre un par de veces antes de recordar que su jefe le había informado que pasará directamente y lo dejara sobre la encimera de la cocina.

Entró silenciosamente, como si ingresara a un santuario; el lugar estaba iluminado únicamente por la luz naranja del atardecer colándose por la pared de vidrio que separa la sala del balcón, él estaba sobre un flotador en la piscina con los ojos cerrados, completamente ajeno al mundo a su alrededor . Un sollozo salió de sus labios. En aquel momento la luz reflejándose en la piscina a su alrededor  le había parecido tan mágica, ahora ese lugar solo representa la ausencia de su primer gran amor.

Se llevó el suéter a la cara e inhaló por la nariz intentando captar algo; la decepción que sintió cuando el único aroma que pudo reconocer fue el de guardado se coló en sus huesos y la hizo temblar, pensó en todas las veces que se refugió en sus brazos, su mejilla apoyada en la tela mientras la mezcla de alcohol, tabaco y colonia la envolvía. La culpa la recorrió ensombreciendo su mirada, durante todo el tiempo que estuvieron juntos él nunca dejó de oler a whisky o cigarrillos, sin embargo ella no hizo nada al respecto, simplemente se dejó llevar por cada “estoy bien” que él le decía. Quizás si ella hubiera hecho algo él seguiría con ellos.

Abrazo la prenda naranja con fuerza, los muchos recuerdos golpeandola, su pecho dolía como si alguien tuviera su corazón apretado firmemente, habían estado juntos durante años, lo había visto en lo más bajo de sus adicciones y sin embargo había sido Diane la que lo había empujado a rehabilitación. Es cierto que él había sido un pésimo novio, pero ¿acaso ella habia sido mejor?

Siguió allí llorando en la penumbra, recordando cada momento hasta que las lágrimas se secaron y solo quedo sentada en un amarlo letargo, el sonido de la puerta abriéndose la devolvió al presente, intentó limpiarse los restos de lágrimas del pelaje aunque sabia que seria inútil.

– Mamá, ¿estas bien? ¿conseguiste el álbum de fotos? – Preguntó la dulce voz de su hija, Ruthie ya tenia casi 10 años – ¿Qué tienes en los brazos? – Interrogó curiosa al ver la prenda que sujetaba tan fieramente.

Fijó su mirada en el suéter en sus manos y luego miró a su pequeña.

– Es un recuerdo de un viejo amigo, ¿te conté alguna vez que conocí a Bojack Horseman? – Dijo mientras le indicaba a su hija que se sentara a su lado.

– El caballo de retozando – Preguntó curiosa la niña con los ojos brillantes de emoción, era una friki de las series vintage.

– Si, este era su suéter especial, el que usaba durante el programa – Contestó mientras le mostraba la prenda.

La cara de la niña se iluminó, como si lo que tuviera entre las manos fuera oro y no solo un viejo suéter.

– ¿Puedo quedarmelo?– Interrogó la pequeña mientras extendía sus manos.

Se quedo estática un momento, sus dedos se apretaron alrededor de la prenda hasta que le dolieron, amaba a su hija con toda su alma, pero entregarle el suéter era sinonimo de dañarlo, miró la esperanza en los ojos de su niña y luego el suéter, conservarlo no haría que él volviera, quizás esta era la forma de convertirlo en un recuerdo feliz. Estiró los brazos para desdoblarlo y su hija levantó las manos para que ella pudiera pasarlo por su cabeza, sintió su corazón desgarrarse cuando las espinas traspasaron la tela. Ruthie se levantó dejando que la prenda volara libre hasta mas abajo de sus rodillas.

– ¿Comó me veo? – Preguntó mientras daba una vuelta y le dedicaba una sonrisa a su madre.

Las lágrimas picaron sus ojos cuando su mente evocó la imagen de Bojack.

– Te ves preciosa amor – Respondió reteniendo un sollozo.

– Iré a mostrarle a papá – Dijo la pequeña antes de salir corriendo escaleras abajo.

Cuando no pudo escuchar mas los pasos por la escalera dejo que las lágrimas volvieran a fluir, pensando en que si hubiera hecho mas no tendría solo un suéter como único recuerdo.

The View from Halfway Down | Drabbles&OneShots [Angustary2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora