A mi lado

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Angustary Día 6 - Promesa
Diane Nguyen

El único consuelo para su culpa era no volver a abandonarlo nunca mas.


Una ráfaga de viento la golpeó inesperadamente revolviendo su largo cabello azulado, por un momento detuvo su caminar y espero que el ataque se detuviera, cuando el viento se calmó, siguió avanzando tranquilamente por el camino de piedras frente a...

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Una ráfaga de viento la golpeó inesperadamente revolviendo su largo cabello azulado, por un momento detuvo su caminar y espero que el ataque se detuviera, cuando el viento se calmó, siguió avanzando tranquilamente por el camino de piedras frente a ella.

A veces se preguntaba porque seguía viniendo año tras año y al no conseguir una respuesta simplemente decidía no volver, pero cuando se acercaba la fecha comenzaba a embargarla una sensación de intranquilidad que parecía solo crecer y crecer hasta que inevitablemente terminaba aquí.

El sol bajaba por el horizonte alargando las sombras de las lápidas que la rodeaba y dándole un curioso tono sepia al paisaje, era como estar dentro de una película antigua, ojalá solo fuera una película pensó, así quizás él podría revivir de alguna loca manera, pero lamentablemente este era el mundo real.

Llegó al final del camino y justo debajo de un árbol estaba la lápida que estaba buscando.

– Hola Bojack – Dijo en un susurro mientras tocaba el mármol frío con la punta de sus dedos.

Por un momento solo se quedó allí mirando fijamente las letras negras que marcaban el granito, aún le resultaba tan irreal ver el nombre de su mejor amigo escrito en ese pedazo de piedra fría, finalmente separó sus dedos de la superficie y se sentó debajo del árbol justo junto a la lápida, rebuscó entre su bolso y sacó dos vasos de cristal y una botella de Whisky caro, su marca favorita, sirvió una buena cantidad de licor en ambos y religiosamente colocó uno justo frente a la fecha del día que partió. Encendió un par de cigarrillos y como si fuera incienso ceremonial, colocó uno junto al vaso con el líquido oscuro.

Estuvo allí sentada, hablando mientras bebía y fumaba, le contó sobre la boda de Todd, como perdió su primer diente la hija de Princesa Caroline, como el Sr PeanutButter también había escrito una autobiografía donde afirmaba que eran mejores amigos, todas las cosas que habían pasado durante el año que estuvo ausente, pero poco a poco se fue quedando sin nada que decir hasta que el silencio la rodeo.

– Aún no te perdono por mentirme – Soltó de repente, el resentimiento impreso en cada sílaba – tú me prometiste que estarías bien sin mi Bojack, sin embargo, aquí estamos – Soltó un suspiro resignado, ya no valía la pena que estuviera enojada con él – yo me habría quedado si me lo hubieras pedido.

Pero ella sabía que incluso conociendo el desenlace, él nunca se lo hubiera pedido, porque Bojack solo quería que ella fuera feliz, incluso a costa de su propio bienestar. Sintió las lágrimas mojar sus mejillas y el dolor sordo que siempre estaba en su pecho pareció explotar invadiéndola completamente.

– Lamento no haberme dado cuenta antes de cuanto te amaba, de lo vacía que es mi vida sin ti, lamento haberte abandonado Bojack – las lágrimas fluyeron con más fuerza mientras sollozos desesperados salían de sus labios, su cuerpo comenzó a temblar incontrolablemente por el cúmulo de emociones retenidas que estaban desbordando, recogió sus piernas hasta que su frente estuvo apoyada en sus rodillas y se abrazó a sí misma.

Y dejo salir las emociones que mantenía ocultas en su interior, la rabia, la impotencia, pero sobre todo la tristeza, esa que se había aferrado a su vida desde el momento que recibió aquella fatídica noticia, que había teñido su existencia de una capa gris, haciendo que lamentara día con día lo ciega que había sido buscando la felicidad en cosas absurdas cuando siempre había estado allí en forma de ese amigo incondicional.

Cuando las lágrimas dejaron de salir, se limpió con las mangas de su suéter y disfrutó los últimos minutos del ocaso pensando en todas las ocasiones que había visto el sol morir desde el balcón de su antigua casa, el mismo balcón donde estaba la piscina que fue su verdugo.

Cuando los últimos rayos del sol murieron y la oscuridad la envolvió, se levantó del piso y limpio las hojas secas que se habían adherido a sus pantalones, se giró para ver la tumba y se inclinó para tomar la colilla apagada del cigarrillo y el vaso, vertió el líquido sobre la lápida mirando como hacía pequeños riachuelos al caer serpenteando entre las letras de su nombre, luego tomó su propio vaso y de un solo golpe bebió todo el contenido.

– Prometo no volver a abandonarte – dijo mientras tocaba la superficie del mármol húmeda, las lágrimas picando nuevamente en la comisura de sus ojos, se dio la vuelta y comenzó a caminar intentando suprimir las lágrimas que amenazaban con salir nuevamente.

El viento volvió a soplar a su alrededor envolviéndola en un sutil aroma a tabaco y perfume, se llevó la mano a los labios sintiendo como la recorría aquella calidez que la transportó a las pocas ocasiones que estuvo entre los brazos de su viejo amigo, las lágrimas volvieron a humedecer sus mejillas al darse cuenta de que a pesar de todo su amigo aún no la abandonaba.

The View from Halfway Down | Drabbles&OneShots [Angustary2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora