The View from Halfway Down | Drabbles&OneShots [Angustary2024]

Demasiado débil para luchar

Angustary Día 23 - Homofóbia
Herb Kazzaz

El no había pedido ser diferente, solo había nacido así, ¿Porque el amor era considerado un pecado?

Levantó sus manos esposada y se tocó la mejilla, un siseo salió de sus labios cuando sus dedos hicieron presión, definitivamente tendría un moretón mañana, o mejor dicho unos cuantos teniendo en cuenta lo brutal que había sido la redada en su casa, un suspiro cansado salió de sus labios, él no había pedido ser de esta forma y realmente había intentado con todas sus fuerzas cambiar, pero no había podido, era parte de su esencia como respirar.

El auto de policía se detuvo frente a la estación y un escalofrío recorrió su columna cuando el peso de sus acciones cayó sobre él, seguramente ya era la comidilla de los noticieros nocturnos, el productor del show de comedia mas famoso del momento arrestado en una fiesta, por un momento deseó volver a la época donde era un completo desconocido, donde a nadie le importaba con quien se metía a la cama.

– Vamos princesa – Dijo uno de los oficiales mientras lo tomaba del brazo y lo jalaba fuera del auto con tal fuerza que quedó de rodillas en el piso, los escuchó reír sobre su cabeza gacha y sintió la ira creciendo en su interior, repentinamente un puntapié hizo contacto con sus costillas magulladas – Sabemos lo mucho que te gusta estar de rodillas, pero no tenemos todo el día así que muévete.

Con mucho esfuerzo logró levantarse de la acera y empezar a caminar lentamente a la estación seguido por los oficiales que lo habían apresado, el sudor recorriendo sus sienes en parte por el esfuerzo y en parte por los nervios de afrontar lo que vendría, sentía como su cuerpo gritaba adolorido con cada paso y rogó a algún dios misericordioso para que lo peor hubiera pasado, pero los dioses odian a los homosexuales. 

Cuando entraron se instauró un incómodo silencio, podía ver por la comisura de sus ojos como las personas comenzaron a cuchichear a su alrededor, algunas palabras como “anormal” “inmoral” o “antinatural” le dolieron especialmente, después de todo ¿que tenía de extraño el amor?, lo guiaron por un largo pasillo y luego bajando por unas escaleras, en una de las celdas vio a todos sus amigos, se acercó a los barrotes.

– ¿Chicos están bien? ¿Los lastimaron? – preguntó mientras se agarraba de los tubos de la celda, sintió a los policías jalarlo para que siguiera caminando, pero necesitaba asegurarse que su su compañeros no estaban heridos.

– Estamos bien Herb, mejor que tu al menos – Dijo uno mientras señalaba el creciente moretón en su mejilla.

En ese momento uno de los oficiales lo golpeó en la cabeza con tal fuerza que sintió la sangre invadir su boca al morderse la lengua, soltó los barrotes y casi cae desplomado en el piso de no ser porque los oficiales lo sujetaron y comenzaron a arrastrarlo.

– Pagaré la fianza de todos, lo prometo – logró gritar Herb antes de que lo bajarán por otras escaleras, era lo mínimo que podía hacer por ellos después de todo.

Sentía el cuerpo pesado y su cabeza zumbaba por el golpe, cerró los ojos y se dejó arrastrar por los dos hombres, solo quería que todo acabara lo más rápido posible. Perdió la noción del tiempo hasta que fue tirado violentamente al piso, la habitación estaba iluminada por una única bombilla que creaba sombras lugrubes en el pequeño espacio, escucho la puerta cerrarse a sus espaldas y por sobre su hombro logró captar como sonreían con sorna antes de que desaparecieran por el pasillo.

– Vaya, vaya, qué tenemos aquí – Escucho a sus espaldas, rápidamente se incorporó y miró a las sombras donde aparecieron 3 hombres – parece que la reina mariposa ha decidido honrarnos con su presencia.

Herb sintió como se le helaba la sangre y se quedó inmóvil en su sitio mientras uno de los hombres se acercaba y lo levantaba por el cuello de la camisa.

– ¿Acaso te comieron la lengua los ratones? – Preguntó, su aliento apestoso a alcohol y humo – No te preocupes princesa, te haremos volver a ser hombre justo como me enseñó mi padre.

El primer golpe en el estómago lo dejó sin aliento y tan aturdido que no sintió cuando el hombre lo soltó y quedó de rodillas en el piso de hormigón, los otros dos se acercaron y comenzaron a patearlo con tal fuerza se sintió su boca llenarse de sangre nuevamente, abrió la boca para suplicar por ayuda pero antes que pudiera decir algo una voz que venía de fuera de los barrotes llegó a sus oídos.

– No lo golpeen en el rostro, tiene que verse presentable cuando lo soltemos mañana – Dijo burlona mente uno de los oficiales apoyado casualmente en la pared al otro lado del pasillo.

En ese momento las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos al darse cuenta que para el mundo él era menos que un ser humano.