TWO

3.5K 301 122
                                    

JACK DAWKINS, AN IDIOT

JACK DAWKINS, AN IDIOT

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

MARGARET

Mientras esperaba a que Belle terminara de vestirse, yo me entretuve acariciando a Morgan que se encontraba arriba de mi regazo. No tardé demasiado en escuchar las quejas de mi hermana.

—¡Fanny estuvo moviendo mis cosas! —exclamó, logrando que Morgan despertara de su sueño profundo y abriera los ojos.

—Seguramente las tomó para eso que planeaba para esta noche... La reunión —Belle gruñó —. Más tarde te ayudo a acomodar, ¡Tenemos que irnos!

—¿Por qué siempre la defiendes en todo? —rodé los ojos con diversión. No quería mover a Morgan del lugar donde estaba, pero lamentablemente, si tuve que hacerlo con cuidado.

—Oye, también te defiendo a ti.

Y eso era verdad. Aunque algunas veces era divertido ver como Belle y Fanny peleaban, también habían veces en las qué no sabía si de verdad el problema se convertiría en uno mayor, por lo que siempre intentaba que no tuvieran ninguna discusión por cosas ridículas, y a veces, también tenía que lograr que no se vieran por al menos una hora; así se calmaban.

—¿Estás segura que ese cirujano es de confianza? —le pregunté, acomodando algunos mechones que salían de su peinado. Ella dejó que lo hiciera.

—No, por supuesto que no. —respondió con una descarada sinceridad —. Pero, es la única opción que tenemos en estos momentos, así que...

Sneed también era un cirujano.

—Espero que no te arrepientas de ir, Be —comenté. La mayor suspiró y asintió, decidida a ir a ese lugar.

Yo también estaba emocionada. Pero, siendo sincera, solo iría por mi hermana... Y tal vez, si me interesaba algo de ese lugar. Tenía la esperanza de encontrar algo que me gustaría.

Cuando por fin comenzamos a salir de casa, unos sonidos de pasos que se acercaban a nosotras fueron capaces de interrumpir en muestra conversación. Se trataba de nuestra madre, que parecía apurada. Belle me regaló una sonrisa enorme, y se alejó lo más que podía de ella; dejándome sola.

—¿A dónde vas, Margaret? —preguntó, mirándome de arriba hacia abajo.

Entrecerraba los ojos, y algo me decía que ella sospecharía de mi respuesta de alguna manera u otra.

—Solo daré un paseo —le mentí con una sonrisa inocente. La mujer no dejó de examinar todo lo qué podía notar de mí, en especial alguna acción que revelaría a donde me dirigía.

𝐌𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐄𝐓 -THE ARTFUL DODGERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora