Jack conoció a Margaret en una noche cálida, llena de música y festejos. Sin saber que sería ahora su única razón de no ir a prisión.
Portada creada por: xElsyLight
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FANNY, I LOVE YOU.
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Margaret regresó a su casa después de haber estado ayudando a Jack y a las enfermeras que seguían trabajando. Sentía lastima, pues ellos tendrían que quedarse durante más horas. Había tomado un carruaje que de verdad la había ayudado demasiado, ya que gracias a el, no llegó tarde a la pequeña reunión (si es que alguien más lo consideraba así) de su hermana.
Escuchó una melodía cuando se acercó al salón en donde Margaret estaba segura que ahí se encontraba su familia. No se equivocó, los había visto sentados y prestando atención a la poesía del chico que solamente llegó a casa para buscar el amor de Belle. Margaret se burlaba de ella, pues era obvio que no era su tipo ideal.
—Al fin llegas, Margaret —susurró su madre cuando se sentó a lado de ella y de su hermana mayor —¿Acaso Rose es más importante que ver a tu hermana tocar el arpa?
Fanny pareció escuchar aquello. Miró a Margaret con el ceño fruncido mientras sus dedos seguían moviendo el instrumento musical. La pelinegra hizo un esfuerzo para sonreírle.
—No, claro que no. Lo siento.
Intentó esconder una sonrisa boba en cuanto su madre dejó de verla. Era divertido, pues ni siquiera estuvo pasando el rato con Rose... Sino con aquel cirujano atractivo y profesional en su trabajo, aún así cuando el no lo consideraba así.
Belle, quién se dio cuenta de eso, llamó su atención al golpear con delicadeza su brazo. Margaret la miró en silencio, y su hermana formó una sonrisa pícara en su rostro.
—Margaret... ¿Traes sangre en el brazo? —preguntó la señora Fox en su oído para no interrumpir la velada.
Cuando la nombrada iba a contestar la pregunta, el poeta, Smales comenzó a imitar el ruido de un ave. Belle intentó no reír.
—Es solo un poco. Es linda, ¿no es así? —preguntó la pelinegra, viendo la pequeña mancha de sangre que no era suya con una sonrisa. Su madre la miró confusa.
