Jack conoció a Margaret en una noche cálida, llena de música y festejos. Sin saber que sería ahora su única razón de no ir a prisión.
Portada creada por: xElsyLight
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"Las personas que provienen de familias disfuncionales no tienen grandes sueños, solo sueñan con tener un lugar llamado hogar"
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MARGARET
La mano de Belle siempre fue cálida. Cuando era pequeña, ella siempre hacía experimentos con mi cabello a los que llamaba "peinados extravagantes." Eran horribles. Sin embargo, esa caricia que daba en mi cabeza me hacía sentir que todo estaba bien.
Ahora no había nada. Ni caricias, ni su voz, ni su mano cálida... nada.
Llevaba dos días sin despertar. Su calmada respiración era el único signo que tenía para saber que ella seguía conmigo, que aún había esperanza para que ella volviera a peinarme horriblemente o que me lamiera la mejilla como de pequeñas lo hacía.
Dormía sentada en una silla frente a su cama. Si no fuera porque Sneed le pidió a una mujer que trabajaba en la casa que me subiera comida, yo ni me acordaría. Estaba tan destruida como nunca antes lo había estado.
Y para aumentar mi ansiedad... No sabía nada de Jack. Si estaba vivo o muerto, no tenía ninguna señal de el. Intenté buscarlo, pero no me dejaban salir de casa; en la noche, miles de guardias cuidaban todo tipo de puerta dónde podía escaparme.
Necesitaba mucho un abrazo de el y que me dijera que todo lo que estaba viviendo duraría muy poco, que el estaría siempre a mi lado.
Pero entonces llegaba la noche y lloraba porque ese sueño no se hacía realidad.
Me golpeaba la cabeza cuando pensaba en que el estaba vivo, esperándome, pero sin tener respuestas mías. ¿Y si pensaba que lo había abandonado o usado? ¿Si pensaba que simplemente fui una cobarde que no quiso verlo más?
Estaba cansada.
Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando la puerta se abrió detrás mío. No me giré, no quería dejar de ver a Belle por un segundo y que de pronto, ese signo que me daba esperanza, desapareciera.
