DOMESTICAME - [ HUSKERDUST ]

IV. La Mordida Del Tiburón.

IV

♦    ♣    ♥

(cuando terminen el capítulo, favor de leer la nota que deje al final, se los agradecería mucho)

Llegué a la zona Entertainment de las tres mayores influencias del pentagrama.

Los príncipes del infierno existen por aquí, pero solo son eso. Gobernantes.

Los Overlords son los que infunden el miedo, los que te hacen seguir las modas que te imponen y que cada producto que te ofrezcan, deberás de agradecerlos, y así es cómo piensa ese sujeto llamado Valentino. Un hombre polilla que usa a sus trabajadores como simples muñecos de trapo para crear contenido para adultos.

Todos vienen a por lo mismo, y por el cartel de "Bienvenidos", la apariencia de las 5 estrellas platino lo hacen ver como lo mejor para ofrecer tu alma. Una suit de primera en la que vaciaras tus fantasías más perversas, claro que mayoritariamente los pecadores encadenados a Valentino cumplen con mayoría de edad, no cabe duda que aquí, cualquier fantasía tal cual juego de rol, puede cumplirse.

Me paro frente al par de puertas templadas, viendo un reflejo de mi camisa abierta. Es la imagen que Alastor hace que vea de mí, y estando lejos de su torre, no puedo ponerme ninguna playera debajo. Además de obligarme a ver mi cuerpo, me hace odiar mi existencia.

Las puertas se abren con una campanada, yendo al recibidor.

Una mujer se da vuelta en su silla, apoyando los codos sobre la mesa en forma de U.

—¿Qué se le ofrece? —pregunta de mala gana.

Debo actuar como si ya hubiera venido antes.

Adivinaré su nombre a como pinta. 

Luce igual que cualquier profesora de primaria, con anteojos grandes y pelo lacio. Podría llamarse Sara. O Mayberry, como dice el identificador que le cuelga del cuello de su camisón.

Alargo una sonrisa.

—¡May..!

—Escucha, hombre gato. Me importa un carajo a quien se la quieras meter acá, mi esposo se fue con una rubia sin preguntar si quería ver cómo se acostaban en la televisión. Así igual me importa una mierda —exclama la mujer, dejándome boquiabierto—. Solo dime tu nombre y tus preferencias sexuales, y me refiero a preferencias en todo sentido de la palabra.

Desvanezco la sonrisa.

—Husk —respondo.

Toma un bolígrafo y anota mi nombre en una libreta abierta en par, con varios nombres, al lado de ellos, listas de fetiches. 

—¿Le gustaría que añada "Overlord del póker?" —Mayberry presiona con desespero el botón del boligrafo.

—Sí, por favor.

Lo escribe.

—Señor Husk, ¿le gustaría dejar una lista de sus gustos?

Se queda con los labios abiertos, su mirada está llena de furia.

Elevo un dedo.

—Quiero ver a Angel Dust —digo.

Contiene una sonrisa burlesca.

—Piso ocho, pasillo C401 —dice Mayberry—. Disfruta tu estadía en el Entertainment de Valentino, para mejores experiencias busque a Vox, o Velvette.