DOMESTICAME - [ HUSKERDUST ]

IX. El Señor De La Mafia.

IX

♣♦♥

—¡Déjanos, maldito!

Su marido había robado la mercancía de anfetaminas de mi jefa.

Le detuve de una cachetada.

Me sentí tan asqueroso por eso.

Ni siquiera sentí asco cuando ataque a su esposo con un hacha. 

Ella lloraba.

—Será mejor que salga de la ciudad —dije.

Ella lloraba.

Tome el vino que estaba en la mesa. Estaban cenando cuando llegue.

Empine hasta el fondo, sin dejar ni una gota. 

Entrene para el ardor.

—Dios va castigarte.

Abrí la puerta.

—Te irás al infierno.

Estrelle la botella.

—Si no se va, ellos la matarán —dije.

No entendí porque aquella mujer prefirió ser asesinada al lado de su esposo.

No entendí porque la gente amaba a otras personas. 

Pudo ser que, estaba fijado más por hombres que en mujeres. ¿Cómo podría ser posible? ¿No era mi borrachera? ¿En serio sentía amor por otro hombre?

Nunca pude entenderme.

Nunca entendí.

♥

Cuerdo, limpie el escritorio de Alastor con un paño húmedo.

La cabeza me retumba acompañada de migraña. La cordura recobré, a cambio de tener de acompañante en mi habitación, a un nacido del infierno. 

Es lo que normalmente me sucede alcoholizado. Termino acostándome con alguien.

—¿Te divertiste en la fiesta de Belcebú, gatito? —pregunta Alastor al llegar—. Oh, veo que recuperaste tu moño.

—Estuvo decente, amo.

—Excelente, porque hoy te tengo otra invitación pero a mi fiesta.

Ladeo la cabeza.

Antes de cerrar la puerta, atrae con su bastón, la cabeza de un hombre con la lengua saliéndole por la nariz. Cae en el escritorio que acababa de limpiar, lo que hace soltar el paño húmedo y cruzarme de brazos.

—Espere —digo, tomando la cabeza—. ¿Un tiburón?

—Al parecer, a la mafia no le gusta mi trabajo—dice Alastor, tomando asiento en su escritorio, reposando el bastón sobre este y anudando los dedos—. Tenemos un problema bastante grave, gatito mío.

—¿Crimson quiere pelea? —rio por dentro—. No es imbécil.

Él surca los ojos al filo del rabillo, resaltando las venas por sus comisuras.

Doy disculpas, agachando el rostro.

—Iremos a hacer un trabajo que nos encargó I.M.P., tuvieron una situación que les hizo perder el libro para transportarse al mundo humano —explica—. Iremos al teatro en donde lo dejaron para regresárselos.