XVI. El Pacto De Los Overlords.

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XVI

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m i e n t r a s   t a n t o ,  c o n   a l a s t o r...


El Exterminio se aproxima.

Quedan únicamente 6 días. 

El lapso del tiempo se va acortando para todos los habitantes del infierno, la mayoría sin el temor de ser atacado por los ángeles. Por el otro lado, los dirigentes que cada pecado capital se responsabilizan de sus deberes sin entrometerse en este hecho, uno que cada vez va acortando su plazo con la incrementación de pecadores llegando cada semana.

La hija de Lucifer no ha hecho más que prometer y prometer, sin cumplir, ni dar una veracidad a sus planes de redención. A la mayoría le interesaría, si no fuese que aquí las reglas no existen, podrían haber autoridades claro es, para salvaguardar una paz. Sin quitar el hecho de que, lo único que mantiene en orden es la cotidianidad que aprendieron los pecadores de la humanidad.

Ciudades se levantaron, una replica de hospedajes, casas, trabajos inservibles que los volverán a hacer sufrir. Es lo que conocen, aquello que replicaron aquí. Es su tormento verdadero. 

Obstante a lo que digan, siguen mereciendo la vida. 

Esa brecha del infierno y el cielo debería extenderse hasta cortar toda conexión con ambas, para que de una vez se viva en paz. Para que de una vez, el lord de la radio conquiste la corona de Morningstar.



—Como muchos de ustedes sabrán, hemos tenido bajas significativas. Peores a comparación del año pasado. —habló primero Carmilla, direccionando la proyección de las cifras en aumento—. Estamos apunto de perderlo todo.

—La única forma de matar ángeles es con armas celestiales. Sus propias armas —habla Velvette por encima de la pantalla del celular, bajando las piernas de la larga mesa ovalada.

—Podríamos tener ayuda de los de Sangre Real—se alza Rosie, una dama de cuencas oscuras con sombrero emplumado—, ¿Qué hay de Stolas o Satanás? 

—Desde que Paimon falleció, Stolas no ha dado ni un interés en nosotros. Ni en el trono. —responde Camilla—. A lo que me respecta, Satanás se ha ocultado por sus celos a Lucifer que, para peor, no ha aparecido en mucho tiempo. Los príncipes están temerosos. 

—Tienen cientos de ejércitos —se queja vox.

—En nuestro tiempo actual, nadie es un soldado —dice Velvette—. Los que quedan somos pecadores como nosotros que tienen más poder que ni un otro. Los únicos que pueden hacer algo respecto al Exterminio. Y yo les dije siempre: Hay que ir al cielo a atacar.

Se discutían las razones de lo imposible que sería subir más allá de la estrella, ir tras un sitio inaccesible que por una invitación se puede únicamente entrar.

—Hay que convencerlos. Asmodeo es el más activo hasta el momento. Mammon está centrado en el entretenimiento, tan flojo y perezoso, sería un estorbo total —habla Zestial, cubierto por su capa negra que desprende un cuello parecido a patas de araña.

—Puede que tengas razón —asiente Valentino—. Olvidan un detallito: Ni uno de ellos se puede ver la cara. Claro, tienen formas descomunales de poderes que nos superan. ¿Cómo podrían ayudarnos si saben que otro de ellos también lo hará? 

DOMESTICAME - [ HUSKERDUST ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora