Hermione Granger OS

Fallar

–Entonces es oficial T/n y tú se divorcian– comentó Ginny tomando las bolsas y pequeñas mochilas de Rose, mi hija se quedaría con sus padrinos mientras mi futura ex esposa y yo sacamos sus cosas de la casa, como es de esperarse ella es quien se mudaría para evitar que la pequeña se estrese aún más por nuestra separación teniendo que cambiar su rutina.

–Sí, los papeles me llegaron esta mañana – comenté tragando saliva cerrando una de las mochilas. – y ella se mudará esta tarde.

–Hermione ¿estas seguras de esto? Comprendo que las cosas se hayan complicado este año, pero creo que realmente podrían arreglar las cosas ¿han pensado en hablar con un terapeuta? – preguntó colocando su mano en mi hombro, cuando alcé la mirada no pude evitar que mi vista se empañara un poco.

–Lo he intentado todo, Ginny que fuera a terapia, que me hable del accidente, que se exprese sobre cómo se siente, pero simplemente no se abre... cualquier intento de tocar el tema la hace explotar... Comprendo que no pudo procesar su duelo por consolarme a mi hace un año, pero ya es tiempo de que ella también llore la perdida de nuestro hijo y me odio por eso ya que por mí culpa no pudo hacerlo.

–Pero ¿Por qué llevarlo al extremo del divorcio? ¿acaso ya no se aman?

–Claro que la amo– exprese en lágrimas– pero es ella la que quiere apartarse, no me abraza, no me besa, tampoco deja que yo lo haga, ni siquiera recuerdo la última vez que hicimos el amor...– dije mientras la pelirroja pasaba su brazo por mis hombros– es como si cuando Hugo se fue ella también lo hubiera hecho... tal vez ya no me ama, tal vez encontró a alguien que si le brinda el consuelo que no pude darle.

–¿Qué estás diciendo? Hermione ¿de verdad piensa que T/n te engaña? – preguntó bastante impresionada.

–¿Qué otra explicación le encuentras a su repentina decisión de divorciarse? Dudo mucho que sea por el duelo solamente.

–Lo siento mucho– respondió consolándome, acariciando mi cabeza – los Potter tienen la manía de apartarse cuando están de duelo, son unos cabezas dura. – el sonido de un trueno bastante ruidoso nos hizo sobresaltarnos y separarnos del abrazo, ambas miramos por las ventanas, unas enormes nubes grises se aproximaban por el horizonte. – es mejor que te vayas, en la radio anunciaron una tormenta de eléctrica.

–Sí, será mejor que me vaya, si Rose necesita algo llámame por favor– informé despidiéndome pues después de la muerte de su hermanito, la pequeña solía despertarse con pesadillas. – y discúlpame con Harry por no saludarlo, pero no estoy de ánimo para más charlas.

El clima al parecer estaba muy de acuerdo con mi estado de ánimo, en cuanto salí de la casa de mi cuñado, me dirigí al ministerio de magia me habian informado que debia firmar unos documentos de suma importancia que serían enviado esta misma tarde, un fuerte aguacero se desató por toda la ciudad justamente al salir de mi trabajo, tarde mucho más de lo debido en el camino a casa ya que debía conducir con cuidado. En cuanto aparqué en el estacionamiento, miré un poco extrañada, todo estaba apagado, no había ni una luz encendida en el interior. Salí bastante rápido del auto corriendo lo más que pude hacia el interior, buscando mojarme lo menos posible.

–Oh aun estas aquí– comenté mirando a T/n agachada frente a la chimenea, mientras paseaba la vista por todo el lugar, las cajas con sus cosas aún estaban en la sala de estar.

–Sí, la compañía de mudanza llamó para disculparse, no podrán venir debido a que hay una tormenta eléctrica– respondió con un tono de bastante molestia, colocando la madera en la chimenea – ¿Cómo está Rose?

–Bien, está feliz de pasar tiempo con sus primos– respondí quitándome el abrigo y colgándolo en la pared. – ¿Cuándo vendrán a hacer la mudanza? – pregunté bastante seria.