Madame Granger

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PRECAUCIÓN  TEMAS SENSIBLES como secuestro, entre otras cosas,  si no puedes leer este tipo de historia por favor saltala. 

Londres, Hogsmeade

Pub-bar Las Tres Escobas

Viernes 1:35 a.m.

–Luna te dije que debes cuidar tu muñeca, si no descansas la lesión tardará más en sanar o peor aún se agravará – regañé a la rubia quitándole la bandeja de bebidas de las manos – ¿Para qué mesa es esto?

–La siete y ya sé, pero hoy estamos hasta el tope, no sé de donde salió tanta gente– comentó confundida, mirando todo el lugar. – en todo caso, ¿no deberías estar en la barra sirviendo bebidas señorita bar tender?

–La barra ya cerró pues casi son las 2, así que debemos comenzar a echar a la gente – dije mientras caminaba en dirección a la mesa siete donde un grupo aproximado de diez personas estaban comiendo y beber a más no poder, con mucho cuidado coloque la bandeja en la mesa esperando a que todos tomen sus respectivos tragos – damas y caballeros debo informarles que esta será la última ronda que serviremos por esta noche deben terminar sus tragos en quince minutos ya que estamos a punto de cerrar – informé antes de retirarme escuchando algunos quejas de los clientes.

–T/n te toca sacar la basura hoy– comentó la jefa señalando las pilas de bolsas negras agrupadas en la esquina, suspiré cansada dejando caer un poco mis hombros, hasta que sentí un leve toque en mi espalda.

–Animo T/n solo serán un par de meses más, pronto vas a graduarte y conseguirás tu trabajo soñado– habló Lavender llegando a mi lado, quien al igual que yo se notaba exhausta, y era de esperarse trabajar para pagarse los estudios no era fácil ambas junto con Luna somos estudiantes universitarias de último año de la carrera de Kinesiología y Fisioterapia, de hecho, hoy mismo en unas 10 horas presentaríamos nuestra tesis grupal, nos habíamos conocido en el primer año de universidad cuando tratábamos de encontrar el edificio y aula donde tomaríamos nuestra primera clase de introducción, las tres llegamos tarde y tuvimos que hacer la caminata de la vergüenza versión estudiante, pasar por delante del maestro interrumpiendo su tan inspirador discurso bajo la atenta mirada juzgona de otros alumnos, fue bastante divertido una vez que nos relajamos después de clases, desde entonces somos inseparables, no compartimos piso ni nada de eso, pero siempre peleábamos por tomar la mayor cantidad de clases juntas, entregando los trabajos grupales, realizando proyectos, las exposiciones, hasta buscamos empleo en el mismo lugar, claro que no nos contrataron al mismo tiempo sino paulatinamente, éramos un grupo inseparables como hermanas por así decirlo.

Hablando de hermanos debía contestarle los mensajes de textos a Teddy, un niño de diez años requiere la atención de su hermana mayor todo el tiempo. Lo único que me dolía de esta gran ciudad era lo lejos que quedaba de mi pueblo natal, donde vivían mis abuelos y mi hermano, pero todo sea por darle un mejor futuro a mi hermanito y que mis abuelos puedan disfrutar su jubilación.

–Ese es mi único consuelo– dije enderezando la espalda comenzando a tomar las primeras bolsas de basura – oye, ¿Podrías vigilar que Luna no fuerce mucho la muñeca por favor? – pedí antes de salir recibiendo un asentimiento de cabeza de la castaña. Con mucha paciencia y aguantándome el hedor de vasos con restos de cerveza viejas trasladé la mayoría de bolsas de basura lanzándolas al contenedor, aunque odiaba este trabajo ya que tenía que desvelarme lo extrañaría en cierto modo, no lo sé hay cierta nostalgia que me invade al saber que tanto esfuerzo al final daría sus frutos, un trabajo de mierda que me construye una vida cómoda y tal vez de paso al lujo si mi idea de diez años funciona. Volví dentro del bar observando que la música ya estaba más baja y que el local estaba considerablemente más vacío que antes, con los camareros limpiando las pocas mesas que quedaban vacías, mientras Lavender detrás de la barra lavaba los vasos de cristal y ordenaba el desorden. Agachándome en la esquina tomé las dos últimas bolsas de basura, y salí al callejón a terminar de colocar las bolsas en el contenedor, sin embargo maldije en voz baja cuando este estaba lleno a mas no poder, lo que significaba que debía ir al segundo contenedor que estaba en el estacionamiento el cual por supuesto estaba completamente oscuro, dando vibras de película de terror, ni loca, pensé para mí misma, pero alguien tiene que sacar la basura, suspirando a mas no poder regresé hacia el bar dejando las bolsas frente a la puerta trasera, pasé detrás de la barra tomando una bate de béisbol metálico con una pegatina de Britney Spears en medio de este, ahora con más seguridad caminé sosteniendo las bolsas de basura con una mano mientras con la otra sostenía mi arma de defensa personal, en completa paranoia llegue al contenedor depositando las bolsas en el suspirando de alivio, todo está bien, pensé para mí misma dándome la vuelta, sin embargo pequeño ruido me detuvo allí mismo, eran pasos bastantes leves lo que indicaban que estaban un poco lejos, eché un vistazo a la gran fila de autos frente a mí, era difícil saber de dónde provenía el ruido, aunque mi duda fue aclarada cuando visualicé a dos sujetos ambos en trajes completamente negros, a pesar de la oscuridad era fácil distinguirlos, ambos llevaban un bulto entre sus brazos, dicho bulto forcejeaba con debilidad tratando de zafarse– maldita sea están secuestrando a alguien– susurré aterrada, ¿Qué debo hacer? Me pregunté mirando hacia el bar, los podía perder de vista si avisaba en el bar, dirigí mi mirada a mi puño que sostenía el bate, puedo aturdirlos el tiempo suficiente, para avisar, aunque mi auto está a unos pasos y yo siempre cargo con mis llaves pensé palpando mi bolsillo confirmando ese dato. Con mucho cuidado me acerque al par de criminales quienes muy confiados abrieron la cajuela de un auto comenzando a entrar a la persona.

Hermione Granger OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora