LEGADO

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–Todo está completamente bien con sus análisis señora Granger– habló el medimago observando los resultados de los exámenes de Hermione – los suyos también – dijo dirigiéndose hacia mí – su conteo de esperma es completamente normal, y los óvulos se maduran con normalidad no hay ningún problema físico que le impida quedar embaraza.

–Pero... ya llevamos mucho tiempo intentándolo y aún nada ¿en verdad está seguro que todo está bien? – preguntó la castaña apretando sus manos.

–Estoy completamente seguro señora Granger, esto no tiene nada que ver con su estado de salud o el de su pareja, simplemente a muchas parejas jóvenes se les dificulta concebir tanto de la forma natural como artificial no deben angustiarse – intentó calmarnos, sin embargo, su respuesta simplemente hizo que el estado de animo de la mi esposa empeorara, cosa que el medimago notó de inmediato, así que se aclaró la garganta con incomodidad – Madame Muriel por favor acompañe a la señora a la habitación de al lado con la nutrióloga para su consulta de rutina – dijo hablándole a la enfermera junto a él quien con rapidez se colocó junto a Hermione para acompañarla a su siguiente consulta, en cuanto estuvimos completamente a solas el medimago y yo este me dedico una mirada de preocupación.

–Adelante Dr. Wilson diga lo que quiere decir– lo anime a hablar.

–Señora Potter creo que usted y su esposa deberían tomarse un descanso, la hormona del estrés de su señora está muy alta, el estar bajo un constante estado de estrés y el desgaste emocional contribuyen a que la concepción no se lleve a cabo, la mente es más poderosa que el cuerpo, darle vueltas a una misma cosa una y otra vez nos puede llevar al límite.

–¿Me está aconsejando que dejemos de intentarlo?

–Sí, temporalmente... claro que eso no quiere decir que dejen de tener relaciones sexuales, por supuesto que no, más bien creo que deberían relajarse un poco, no reduzcan el sexo a un mero medio para concebir, pasen más tiempo de calidad en pareja, disfruten de sus hobbies, les haría muy bien en especial a la señora ministra, comprendo que su trabajo es muy exigente, creo que deberían tomarse unas vacaciones en pareja y olvidarse de todo incluida la idea de tener hijos por el momento.

–Gracias por el consejo, se lo propondré a mi esposa... ¿eso es todo?

–Sí, nos veremos en dos meses, tenga un buen día.

–Igualmente– contesté levantándome de mi asiento.

En cuanto estuve en el pasillo dejé salir un largo suspiro esta situación nos estaba llevando al límite a mi esposa y a mí, llevábamos tres años tratando de tener un bebé, haciéndonos exámenes tras exámenes buscando una posible causa y nada aparecía, los tratamientos con hormonas no funcionaban, seguir calendario menstrual tampoco, las opciones se estaban agotando al igual que las esperanzas de la castaña, me entristecía más el hecho de que ella se sintiera tan destrozada, ya perdí la cuenta de cuantas veces estuvo llorando frente a una prueba de embarazo casera que dio negativo, cuando su periodo llegaba o como se le ensombrecía la mirada cuando veía a mi sobrino James, decir que está sumamente deprimida es poco.

Después de aquella última cita médica su estado de ánimo empeoró, apenas comía, me hablaba, siquiera emitía algún sonido, lloraba por los rincones de nuestra casa cuando creía que no la veía, trabajaba todo el tiempo, en nuestro hogar había un silencio incomodo en especial a la hora del desayuno, ambas siempre habíamos sido de levantarnos temprano para pasar tiempo de calidad juntas antes de enfrentar un nuevo día, pero ahora para mi pobre castaña hasta eso era una tortura.

–Amor– llamé su atención después de tomar un sorbo de la tasa de café, Hermione solo levantó la mirada observándome en silencio – he pensado que para estas vacaciones podríamos viajar a Grecia... ya sabes, siempre me has dicho que quieres visitar Atenas y Santorini – la castaña solo bajo la cabeza moviendo el alimento despacio – ¿Qué me dices? – insistí tragando saliva.

Hermione Granger OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora